¡Escándalo: La Codicia Corporativa Detrás del Aumento Inflacionario!
La codicia corporativa ha sido identificada como uno de los principales impulsores de la inflación en todo el mundo. Este fenómeno, conocido como “la inflación de la codicia” o greedflation en inglés, se refiere a la práctica de algunas empresas de utilizar la excusa de la inflación para obtener ganancias récord a expensas de los consumidores. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha puesto el dedo en la llaga al afirmar en su estudio “Europe’s Inflation Outlook Depends on How Corporate Profits Absorb Wage Gains” que el aumento de las ganancias corporativas ha sido responsable de casi la mitad del incremento de la inflación en Europa en los últimos dos años. Según el informe, las empresas han elevado los precios en una medida mayor a la subida de los costos de la energía importada.
En la zona del euro, la inflación alcanzó un máximo del 10.6 por ciento en octubre de 2022, debido al aumento de los costos de importación después de la invasión de Rusia a Ucrania. Las empresas trasladaron este incremento de costos a los consumidores, generando un impacto significativo en los índices inflacionarios.
Por su parte, en Estados Unidos, la inflación ha experimentado un descontrol con un incremento del 9.1 por ciento en junio de 2022 en comparación con el año anterior. Este nivel anualizado es el más alto desde 1981. Antes de la pandemia, el costo laboral era el principal contribuyente a la inflación, pero ahora son las ganancias empresariales las que han tomado la delantera.
Aunque la inflación general ha retrocedido al 6.1 por ciento en Europa y al 4.1 por ciento en Estados Unidos en mayo de 2023, la inflación subyacente, considerada una medida más confiable de las presiones de precios a mediano y largo plazo, sigue siendo persistente. Esto ejerce presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) para que continúen aumentando las tasas de interés.
Resulta sorprendente que más de la mitad del incremento de la inflación en Estados Unidos, un 53.9 por ciento, se pueda atribuir a los márgenes de beneficios más amplios de las empresas, mientras que los costos laborales solo contribuyen con menos del 8 por ciento. Este fenómeno no es común. Según el Economic Policy Institute, entre 1979 y 2019, las ganancias corporativas solo contribuyeron con alrededor del 11 por ciento al crecimiento de los precios, mientras que los costos laborales fueron responsables de más del 60 por ciento.
La evidencia respalda la idea de que algunas de las empresas más grandes del índice S&P 500 están elevando los precios con el fin de aumentar sus propias ganancias, incluso en un contexto en el que la Reserva Federal (Fed) ha elevado las tasas de interés para controlar la inflación. Un estudio realizado por la organización sin fines de lucro Accountable.US reveló que empresas como General Mills, Tyson Foods y PepsiCo han admitido haberse beneficiado del aumento de los precios.
Estos hallazgos refuerzan la noción de que la codicia corporativa puede ser un factor impulsor de la inflación, lo que ha llevado a algunos a denominar este fenómeno como “inflación codiciosa”.
La concepción predominante de la inflación sostiene que tiene un origen macroeconómico y que siempre debe abordarse a través de medidas macroeconómicas, como el aumento de las tasas de interés, que determinan el costo del crédito para empresas y personas.
Sin embargo, hay quienes argumentan que la inflación en Estados Unidos es principalmente una inflación generada por los vendedores, con orígenes microeconómicos, específicamente en la capacidad de las empresas con poder de mercado para aumentar los precios.
El FMI ha puesto de relieve la preocupación por esta tendencia, ya que el incremento de las ganancias corporativas a expensas de los consumidores puede tener consecuencias negativas para la economía en general. Si las empresas continúan elevando los precios de manera desproporcionada sin una justificación real basada en los costos de producción, esto puede generar presiones inflacionarias persistentes y erosionar el poder adquisitivo de los consumidores.
Ante esta situación, se plantea la necesidad de que los bancos centrales, como el Banco Central Europeo y la Reserva Federal, adopten medidas para controlar esta inflación impulsada por la codicia corporativa. Esto podría implicar una mayor regulación y supervisión de las prácticas de fijación de precios de las empresas, así como la implementación de políticas monetarias más estrictas para evitar distorsiones en los mercados.
En resumen, la codicia corporativa ha sido identificada como un factor clave en el aumento de la inflación en diferentes regiones del mundo, incluido México. El informe del FMI destaca que las ganancias corporativas han contribuido significativamente al incremento de la inflación, superando en muchos casos los aumentos reales en los costos de producción. Esto plantea preocupaciones sobre el impacto negativo que esto puede tener en los consumidores y la economía en general. Es necesario tomar medidas para controlar esta inflación impulsada por la codicia corporativa, a través de regulaciones más estrictas y políticas monetarias adecuadas. Solo así se podrá garantizar la estabilidad económica y proteger los intereses de los consumidores.