Escándalo financiero sacude al Ipejal: exigen aclaraciones por adeudo millonario

Guadalajara, Jal.— Un adeudo de 546 millones de pesos con el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (Ipejal) ha salido a la luz, poniendo en entredicho la administración del edificio comercial La Tapatía o Plaza Mega Centro, ubicado en el tradicional barrio de San Juan de Dios. La denuncia fue realizada por Felipe Ascensio Sánchez, ex jefe del Departamento de Administración de Inmuebles y Mantenimiento del Ipejal y actual secretario delegacional de la división 49 de la sección 47 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Ascensio Sánchez, descendiente del exgobernador Francisco Medina Ascencio, fundador del Ipejal, aseguró que la falta de ingresos por la renta de locales dentro de Plaza Mega Centro se agravó a partir de la administración de Enrique Alfaro Ramírez (2018-2024), de Movimiento Ciudadano (MC). Pese a que los locatarios pagan sus rentas puntualmente, el dinero no ha ingresado a las arcas del instituto, lo que ha generado una crisis financiera sin precedentes.

De acuerdo con documentos obtenidos a través de transparencia, Ascensio reveló que la empresa Abastecedora de Servicios para la Bisutería S.A., que renta el edificio al Ipejal y a su vez subarrienda los locales comerciales, ha acumulado un adeudo de 546 millones 612 mil 729 pesos hasta febrero de 2024. Sin embargo, los locatarios sí pagan puntualmente sus rentas, lo que ha generado una gran incertidumbre sobre el destino de estos recursos.

¿Dónde ha quedado ese dinero todos estos años?“, cuestionó el secretario delegacional del SNTE, quien exigió una respuesta inmediata a las autoridades competentes. Este monto representa un 38% más de lo que el Ipejal invirtió en las Villas Panamericanas en 2011, otro polémico proyecto que también ha generado serias dudas sobre el manejo de los fondos de retiro de los burócratas.

Exigen respuestas al SNTE e Ipejal

La preocupación entre los trabajadores y pensionados va en aumento. En una carta fechada el 10 de febrero, Ascensio Sánchez solicitó que el secretario general del SNTE, Iván Ilich González Contreras, quien forma parte del consejo de administración del Ipejal, explique quién se ha beneficiado de estas rentas y por qué el adeudo sigue creciendo sin que nadie rinda cuentas.

Cada día, el deterioro de las finanzas del Ipejal es más evidente y nadie dice nada“, se lee en el documento enviado al SNTE, donde también se advierte que la única solución que han planteado las autoridades de Movimiento Ciudadano es elevar el porcentaje de descuento a los trabajadores para evitar la quiebra del instituto, lo que afectaría aún más a los empleados y pensionados.

La falta de control y supervisión sobre los bienes inmuebles del Ipejal también ha sido motivo de indignación. En 2018, el adeudo por la renta del edificio Mega Centro era de 50 millones de pesos, pero en solo seis años se ha multiplicado por diez, alcanzando los 546 millones, lo que ha levantado serias sospechas sobre la administración de los recursos.

Según Ascensio Sánchez, durante la gestión de Enrique Alfaro Ramírez, no se realizó una sola visita al inmueble en seis años, lo que permitió que el adeudo creciera sin control. “¿A dónde va esa renta, quién la cobra? (…) Tiene que haber responsables dentro de la Dirección de Promoción de Vivienda por esta situación”, sentenció el exfuncionario.

Más propiedades en la incertidumbre

Además del escándalo en Plaza Mega Centro, los trabajadores del Ipejal han solicitado aclaraciones sobre otros bienes del instituto, como Castores, Reserva del Bosque, el edificio Agua Azul, el edificio Tlaquepaque, así como los casos de Abisalud y Ofertimed, relacionados con la grave escasez de medicamentos para los afiliados.

Las denuncias han puesto al descubierto la crisis que enfrenta el Ipejal y la falta de rendición de cuentas por parte de las autoridades. Mientras tanto, los trabajadores y pensionados siguen esperando respuestas, con el temor de que sus ahorros para el retiro se desvanezcan en una red de opacidad y corrupción que nadie parece dispuesto a enfrentar.