¡Escándalo en Jalisco! Exigen la reinstalación del Antimonumento 5J

Activistas y estudiantes se reunieron en el centro de Guadalajara para exigir la reinstalación del antimonumento 5J en la plaza de armas. El antimonumento, colocado por colectivos hace un mes, fue retirado de forma injustificada por instrucciones del gobernador Enrique Alfaro y el alcalde Pablo Lemus, ambos miembros del partido Movimiento Ciudadano.

La protesta comenzó con la tunda de una piñata que representaba al gobernador Alfaro. Mientras los manifestantes golpeaban la piñata, una réplica del antimonumento 5J, con contornos rojos que emitían luz, se encendió detrás de ellos. La consigna coreada era “Dale dale dale, no pierdas el tino…”. Sin embargo, la manifestación no reunió más de 50 personas.

Decenas de policías, incluyendo agentes viales, municipales, estatales y antimotines, fueron asignados para vigilar la protesta. Mostraron una actitud beligerante cuando la réplica del 5J llegó y se acercaron para evitar que fuera instalada en la plaza de Armas, tal como ocurrió hace un mes con el antimonumento. Además, los policías intentaron intimidar, sin éxito, a los empleados de un negocio que habían dado su consentimiento para que la estructura de luz roja se conectara a la energía eléctrica.

En un intento por justificar la remoción del antimonumento 5J, tanto Alfaro como Lemus argumentaron que la estructura no tenía el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Sin embargo, la delegada del INAH, Alicia García Vázquez, desmintió esta afirmación, indicando que no se requería un permiso y que la institución no solo se encarga de proteger y conservar monumentos históricos, sino que también trabaja con movimientos sociales y sus representaciones culturales y sociales.

Ante la contundencia de la declaración de la delegada del INAH, Alfaro y Lemus cambiaron su argumento, alegando que un dictamen de Protección Civil fue el motivo para retirar el antimonumento, a fin de evitar posibles accidentes a los transeúntes. Sin embargo, el ingeniero Guadalupe Victoria Garduño, tras una verificación estructural, desmintió esta afirmación y determinó que el antimonumento no presentaba fallas estructurales que representaran un riesgo para los peatones. El dictamen señaló que las deformaciones y esfuerzos estaban dentro de los parámetros normales y que se había realizado una verificación matemática conforme a las normas y reglamentos municipales.

El antimonumento 5J fue instalado como un acto de memoria en respuesta a la represión policial conocida como el “halconazo tapatío”, que tuvo lugar el 5 de junio de 2020. Durante este evento, agentes ministeriales de la Fiscalía del Estado desaparecieron y torturaron a casi un centenar de personas, principalmente jóvenes que protestaban contra la ejecución extrajudicial del albañil Giovanni López. Este acto de represión ocurrió después de que Alfaro emitiera un decreto que autorizaba a la policía a arrestar a quienes no usaran cubrebocas.

Los manifestantes explicaron que el antimonumento 5J fue instalado como un acto de denuncia y memoria en un contexto de impunidad y violencia. Además de la piñata que representaba al gobernador Alfaro y la réplica del antimonumento, la manifestación contó con la presencia y los discursos de varios personajes destacados. Héctor Flores, vocero del colectivo de búsqueda de desaparecidos Luz de Esperanza, y Blanca Paredes, víctima de violencia vicaria e integrante del frente que exige legislación en la materia, fueron algunos de los participantes. También estuvieron presentes miembros del colectivo CUCSH No se Mueve, que busca mayor democracia dentro de la Universidad de Guadalajara, así como artistas como Addie Luna, Las Voces de las Brujas y MC Janser. Activistas como Héctor Gómez y vecinos del parque San Rafael y del colectivo Las Queremos Vivas también expresaron sus puntos de vista.

La manifestación concluyó por la noche, y los colectivos se retiraron llevándose la réplica del antimonumento 5J. Levantaron las lonas y fotografías de desaparecidos y arrojaron a la basura la piñata golpeada que representaba a Enrique Alfaro.

La exigencia de reinstalar el antimonumento 5J en la plaza de armas de Guadalajara continúa resonando entre los activistas y estudiantes de Jalisco. Consideran que su remoción injustificada por parte del gobernador Enrique Alfaro y el alcalde Pablo Lemus es un intento de silenciar la memoria y las demandas de justicia. El antimonumento, que busca recordar el “halconazo tapatío” y denunciar los abusos cometidos por las autoridades, representa para ellos un símbolo de resistencia y lucha.

En medio de contradicciones e imprecisiones por parte de las autoridades, tanto el INAH como el dictamen de Protección Civil desmienten los argumentos utilizados para retirar el antimonumento. Esto ha generado un mayor cuestionamiento sobre las verdaderas razones detrás de su remoción y ha fortalecido la determinación de los manifestantes para exigir su reinstalación.

La movilización en Guadalajara evidencia la importancia de los espacios públicos como escenarios de expresión y reclamo social. Los colectivos y activistas continúan trabajando para mantener viva la memoria de las víctimas y luchar por la justicia. La reinstalación del antimonumento 5J se convierte en un símbolo de resistencia contra la impunidad y un recordatorio constante de que la lucha por los derechos y la verdad no debe ser silenciada.

La presión sobre el gobierno estatal y local persiste, y los manifestantes esperan que sus demandas sean escuchadas y atendidas. Mientras tanto, la réplica del antimonumento 5J seguirá siendo un recordatorio visible de la lucha por la memoria y la justicia en Jalisco.