“El Lago de los cisnes” deslumbra en el Auditorio Nacional con una mágica interpretación

La Orquesta de Teatro de Bellas Artes y la Compañía Nacional de Danza (CND) ofrecieron una espectacular representación de El Lago de los cisnes el pasado sábado en el Auditorio Nacional, llevando a los espectadores a un viaje fantástico lleno de emociones y dramatismo. Con coreografía de Cuauhtémoc Nájera, basada en los originales de Marius Petipa y Lev Ivanov, y la música inmortal de Piotr Ilich Chaikovski, el ballet de dos actos y cuatro escenas deslumbró a los asistentes durante casi tres horas de pura magia escénica.

La interpretación de los bailarines fue ovacionada, destacándose los movimientos casi sobrenaturales que transportaron al público a un reino atrapado en el tiempo, donde se desarrolló la lucha entre el bien y el mal, personificada en los personajes de Odette, Odile, Sigfrido y Von Rothbart. Valeria Mariaud, en los papeles duales de Odette y Odile, impresionó con su precisión y talento, convirtiéndose tanto en heroína como en villana de la trama. A su lado, Alejandro Hidalgo, como el príncipe Sigfrido, y Roberto Rodríguez, como el malvado Von Rothbart, ofrecieron actuaciones poderosas.

La puesta en escena recreó escenarios majestuosos como los jardines del palacio, el lago encantado y los salones reales. Las coreografías en grupo, tanto masculinas como femeninas, fueron de una armonía y sincronización casi perfectas, sumergiendo a la audiencia en un cuento de hadas con toques profundos de humanidad y tragedia.

Nájera explicó que su enfoque coreográfico buscó enaltecer la esencia de cada personaje, revelando su parte más humana a través de un lenguaje artístico tradicional, y el resultado fue un éxito. Los bailarines no solo mostraron una precisión técnica impecable, sino que también lograron transmitir la profundidad emocional de los personajes. La dualidad de Odette-Odile, el príncipe atrapado entre sus deseos y responsabilidades, y la figura siniestra de Von Rothbart, hicieron que la audiencia se identificara con esta historia clásica, cuyo mensaje sigue siendo relevante hoy en día.

El relato, que inicialmente fracasó en su estreno hace más de un siglo, se ha transformado con el tiempo en una de las obras más queridas y reconocidas del ballet clásico. El Lago de los cisnes narra la historia de Odette, una princesa que sufre un hechizo y se transforma en cisne durante el día, recuperando su forma humana solo por la noche. Su liberación solo es posible mediante un juramento de amor verdadero, pero el príncipe Sigfrido, a pesar de prometerle su amor, es engañado por la malvada Odile.

El montaje en el Auditorio Nacional no solo permitió a los espectadores sumergirse en esta historia a través de la música y la danza, sino que dos pantallas gigantes proyectaron detalles de las expresiones y movimientos, ofreciendo una experiencia más cercana e íntima.

La CND, fundada en 1963, ha llevado su arte a nivel internacional con producciones como Giselle, Carmina Burana y La Esmeralda, y continúa consolidándose como una de las compañías de ballet más importantes de México. Esta representación de El Lago de los cisnes fue otro ejemplo del alto nivel artístico que ha alcanzado la danza mexicana, cautivando al público con una combinación magistral de técnica, emoción y belleza visual.

El público, profundamente conmovido por la historia y la ejecución artística, respondió con aplausos entusiastas entre cada escena y al final de la función, agradeciendo la dedicación de los bailarines y los músicos, quienes dieron vida a esta obra inmortal.