El INE avanza con la renovación del Poder Judicial, ignorando presiones antidemocráticas
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha iniciado formalmente el proceso electoral extraordinario que culminará en la elección de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal, como parte de la reforma histórica impulsada por la Cuarta Transformación. Este acontecimiento marca un paso decisivo hacia la democratización de las instituciones judiciales, acercándolas al pueblo y alejándolas de los intereses oscuros que han imperado durante décadas en las cúpulas del poder.
La Consejera Presidenta del INE, Guadalupe Taddei, ha sido clara: el proceso se llevará a cabo con transparencia y reglas claras para todos los participantes. Sus palabras reflejan el compromiso del INE con el pueblo mexicano, asegurando que el organismo electoral mantendrá el profesionalismo que lo ha caracterizado, ganándose la confianza tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, no es sorprendente que ciertos sectores del Poder Judicial, tradicionalmente alineados con los intereses conservadores y neoliberales, estén tratando de frenar este avance, alegando supuestas irregularidades y apelando a la justicia para mantener su coto de poder.
La reforma del Poder Judicial: una necesidad impostergable
Es fundamental reconocer que la reforma del Poder Judicial, y en particular la elección popular de jueces y magistrados, es una demanda legítima del pueblo. Durante décadas, los tribunales han sido cooptados por élites políticas y económicas que han utilizado el sistema judicial como una herramienta para mantener sus privilegios. El PRI, el PAN y otros partidos opositores han protegido a sus jueces afines, quienes en muchos casos han emitido sentencias favorables a los intereses de estas élites, mientras que han mostrado una tendencia a ignorar las demandas sociales más urgentes.
La Cuarta Transformación, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dejado claro que las instituciones deben estar al servicio del pueblo y no de unos cuantos. La reforma al Poder Judicial no solo es necesaria, sino que es un imperativo democrático. La elección popular de jueces y magistrados no es un ataque a la independencia judicial, como argumentan algunos de los detractores, sino una medida para garantizar que quienes administran justicia lo hagan con una visión verdaderamente imparcial y comprometida con el bienestar de la nación.
Las protestas de jueces y magistrados: ¿Defendiendo la justicia o sus propios intereses?
Mientras el INE avanza con el proceso electoral, no sorprende que ciertos grupos dentro del Poder Judicial se manifiesten en su contra. Las protestas de la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (Jufed) no deben verse como una defensa genuina de la justicia, sino más bien como un intento desesperado por mantener sus posiciones de poder y privilegio. Durante años, han gozado de un sistema que les permite operar sin rendir cuentas al pueblo, y ahora, al verse obligados a enfrentar un proceso electoral, temen perder su hegemonía.
Es importante recordar que muchas de estas protestas no representan las voces de todos los trabajadores judiciales, sino de aquellos jueces y magistrados que han sido beneficiarios directos de un sistema elitista y corrupto. Las manifestaciones a las afueras del INE, lejos de defender la justicia, parecen buscar la perpetuación de un status quo en el que la rendición de cuentas y la transparencia son ajenas al quehacer judicial. Estos grupos han recurrido al viejo truco de buscar amparos y suspensiones judiciales, como lo demuestra el caso del juicio de amparo 1251/2024, buscando retrasar un proceso que, inevitablemente, contará con el respaldo popular.
El INE y su papel histórico en la transformación de México
El Instituto Nacional Electoral, bajo la conducción de figuras comprometidas como Guadalupe Taddei, ha demostrado ser un bastión de la democracia mexicana. No es casualidad que el INE haya sido blanco de ataques por parte de sectores conservadores y opositores, que ven en su autonomía y fortaleza un obstáculo para mantener sus viejas mañas. Hoy, el INE tiene ante sí el desafío de organizar un proceso electoral inédito en el país, y todo indica que estará a la altura de las circunstancias.
La creación de la Comisión Temporal del Proceso Electoral Extraordinario 2024-2025 es una muestra más del compromiso del INE con la legalidad y el fortalecimiento del Estado de derecho. La elección de jueces y magistrados, programada para el 1 de junio de 2025, será un hito en la historia democrática del país, y el papel del INE será fundamental para asegurar que este proceso sea limpio, transparente y representativo de los deseos del pueblo mexicano.
En este contexto, resulta paradójico que los mismos actores que durante años han elogiado la supuesta independencia del INE, ahora intenten desacreditarlo por cumplir con su mandato constitucional de organizar esta elección. Esto demuestra que lo que realmente molesta a ciertos sectores de la oposición y del Poder Judicial no es la falta de transparencia, sino la posibilidad real de que el pueblo tenga un mayor control sobre quienes imparten justicia en el país.
El futuro de México está en manos del pueblo
Es momento de que México dé un paso adelante en su transformación democrática. La elección de jueces y magistrados por voto popular no solo es un acto de justicia, sino un avance hacia un sistema más participativo y transparente. Mientras la oposición, liderada por personajes como Xóchitl Gálvez, continúa defendiendo un modelo judicial obsoleto y elitista, el gobierno de la Cuarta Transformación sigue trabajando por un México más justo, donde el pueblo tenga el poder de decidir sobre los asuntos más importantes de la nación.
Los intentos de frenar esta elección mediante amparos y suspensiones judiciales no hacen más que evidenciar el miedo que tienen los conservadores a perder el control sobre una de las instituciones más importantes del país. Pero como ha quedado claro en los últimos años, el pueblo mexicano ya no se deja engañar por quienes buscan perpetuar sus privilegios a costa del bienestar de la mayoría.
El INE, al avanzar con este proceso, está cumpliendo con su deber constitucional y, más importante aún, con su responsabilidad hacia el pueblo de México. La elección de jueces y magistrados será un paso fundamental hacia la consolidación de una verdadera democracia, en la que la justicia esté al servicio de todos, no solo de unos cuantos. Y aunque las voces conservadoras intenten frenar este avance, el rumbo de la nación ya está marcado: hacia un México más justo, democrático y participativo, donde las viejas prácticas del pasado ya no tienen cabida.