Ejército Mexicano responde con el Plan DN-III-E tras deslave en Tlalmanalco

En un acto de rápida respuesta y solidaridad, el Ejército Mexicano, en conjunto con la Guardia Nacional, implementó el Plan DN-III-E tras el devastador deslave ocurrido en el cerro “Cruz de Mayo”, en Tlalmanalco, Estado de México. Las fuertes lluvias que azotaron la región la noche del miércoles y la madrugada del jueves desencadenaron este desastre natural, que afectó gravemente a varias comunidades locales.

El deslave, que generó el desprendimiento de toneladas de tierra, impactó al menos 10 viviendas, invadiendo sus interiores y en algunos casos sepultando por completo los muros. Las calles de las zonas afectadas, incluyendo los barrios de San Pedro y Japón, también quedaron cubiertas por el lodo y escombros, lo que dificultó la movilidad y puso en riesgo la seguridad de los habitantes.

El presidente municipal de Tlalmanalco, Luis Enrique Sánchez Reyes, fue uno de los primeros en acudir al lugar de los hechos. Informó que se conformaron brigadas de emergencia para asistir a los vecinos afectados y trabajar en las labores de limpieza y recuperación. “Tlalmanalco está dañado y lesionado, hay zonas muy afectadas. No hay pérdidas humanas, solo materiales. Llamo a la población a sumarse a las labores de ayuda”, declaró el alcalde, quien también se encargó de coordinar las tareas de rescate junto con las fuerzas armadas.

La situación más crítica se registró en la parte alta del cerro “Cruz de Mayo”, donde el desprendimiento masivo de tierra impactó directamente sobre las viviendas aledañas. Vecinos del lugar relataron con angustia cómo vivieron el momento del deslave. “Empezó el aguacero ayer por la noche, los truenos muy fuertes y comenzó a retumbar todo. Y como a las 8 de la noche yo estaba en mi casa y se escuchó como si se cayera un edificio. Los vecinos me ayudaron a sacar a mi niña y vi cómo se había desbordado a las casas de abajo”, compartió una de las afectadas.

Ante la magnitud del desastre, elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano, adscritos a la 37 Zona Militar, actuaron de inmediato. Aplicaron los planes GN-A y DN-III-E, protocolos de emergencia diseñados para situaciones de desastre natural, con el fin de apoyar a los damnificados y realizar labores de limpieza en la zona afectada. Equipados con maquinaria pesada y herramientas especializadas, los soldados y guardias nacionales se desplegaron por las calles y viviendas removiendo el lodo y escombros para restaurar la seguridad en la comunidad.

El Plan DN-III-E, que ha sido fundamental en situaciones de emergencia en todo el país, nuevamente demostró su eficacia en la protección y auxilio a la población. Aunque el impacto del deslave fue significativo, afortunadamente no se reportaron pérdidas humanas, lo que fue considerado un alivio por las autoridades locales y los habitantes de la región.

Los vecinos, aunque consternados por la magnitud del desastre, expresaron su agradecimiento por la rápida intervención de las fuerzas armadas y las brigadas municipales, resaltando que nunca antes habían enfrentado una situación de esta magnitud en su comunidad. Ahora, el esfuerzo conjunto entre las autoridades y la ciudadanía se centrará en la reconstrucción de las áreas afectadas y el restablecimiento de la normalidad en Tlalmanalco.