EE.UU. inculpa a los hijos de “El Chapo” por tráfico de fentanilo

El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó cargos el día de ayer contra 28 individuos acusados de tráfico de fentanilo, incluyendo a cuatro de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como Los Chapitos, así como a proveedores chinos de precursores químicos y a la intermediaria guatemalteca Ana Gabriela Rubio Zea. La acusación se realizó en el Distrito Sur de Nueva York por diversos delitos relacionados con el tráfico de drogas con este precursor, y también involucra a operadores de laboratorios clandestinos en México, proveedores de armas y diversos implicados en lavado de dinero. La directora de la DEA, Anne Milgram, mencionó que el cártel de Sinaloa y Los Chapitos son los principales responsables del fentanilo que “inunda” Estados Unidos, y que dos de los acusados, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, son líderes del cártel.

El fiscal general Merrick Garland anunció las medidas tomadas contra “la mayor, la más violenta y la más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo”, y destacó que el Departamento de Justicia ataca todos los aspectos de las operaciones del cártel. Los cargos se presentaron un día después de que delegaciones de alto nivel de los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron en Washington combatir el tráfico de fentanilo y de armas en América del Norte, como parte del Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad binacional.

El Departamento de Estado también ofreció una recompensa de 10 millones de dólares por la captura de Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar y 5 millones por Joaquín Guzmán López, y se impusieron sanciones a dos entidades en China y a Rubio Zea, acusándolas de suministrar precursores químicos a cárteles en México para la producción de fentanilo. El cártel de Sinaloa y Los Chapitos han heredado un imperio mundial del narcotráfico, lo han hecho más despiadado, más violento, más letal y lo han usado para propagar un nuevo veneno, el fentanilo, que mata a más estadounidenses de entre 18 y 45 años que el terrorismo, los accidentes de tráfico, el cáncer o el covid-19.