¡Desastre Ambiental en Veracruz: Contaminación Industrial Devasta Ejido Colorado!

▲ Aspecto del arroyo Colorado, en el municipio de Coatzacoalcos, Veracruz. Pobladores denunciaron que este cauce ha recibido descargas de residuos industriales desde hace 50 años, sin que las autoridades lo impidan.

Los residentes del ejido Colorado, ubicado en el municipio de Coatzacoalcos, han revelado que sus ríos y otros cuerpos de agua se encuentran contaminados debido a las descargas industriales provenientes de la represa de desechos de roca fosfórica de la empresa estadounidense Innophos Holding, así como de las plantas del complejo petroquímico Morelos. Estos vertidos tóxicos, que escurren entre zonas de manglares y esteros, están afectando gravemente las actividades agropecuarias de la región.

Colorado, uno de los ejidos que se encuentra en las inmediaciones de la zona industrial de Coatzacoalcos, es habitado por agricultores que se dedican al cultivo de coco, plátano y otros productos de temporada. Sin embargo, su potencial agrícola se ha visto limitado debido a la contaminación de las fuentes de agua disponibles.

El arroyo Colorado, que suministra agua a la comunidad del mismo nombre, ha estado recibiendo descargas de aguas industriales contaminadas durante más de 50 años, sin que las autoridades federales hayan tomado medidas al respecto.

Este cuerpo de agua recibe líquidos procedentes de una mina de sedimentación donde Innophos Holding deposita los residuos de roca fosfórica reaccionada con ácido sulfúrico para la fabricación de fertilizantes y otros productos químicos.

Alejandro Jiménez Martínez, comisario ejidal de Colorado, ha explicado que la empresa cuenta con una concesión para utilizar el predio Carolino Anaya como sitio de disposición de sus desechos de roca fosfórica. Durante la temporada de lluvias, las lagunas de sedimentación se desbordan y los residuos arrasan con todas las formas de vida presentes en el arroyo.

Las plantas de fertilizantes y ácido sulfúrico de Innophos Holding fueron establecidas en 1969 y pertenecieron a Fertilizantes Fosfatados de México. Durante el proceso de privatización de la industria petroquímica en 1994, estas instalaciones fueron vendidas a particulares y pasaron por empresas como Troy Industries y Rhodia hasta que, en 2004, se fusionaron varias compañías para formar Innophos Holding.

Los agricultores de Colorado presentaron una demanda contra el consorcio en 2016 y solicitaron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que tomara muestras de la represa y el arroyo para determinar los compuestos presentes y el nivel de contaminación generado.

Además, en 2022, la República Árabe Saharaui Democrática solicitó al gobierno mexicano que clausurara las operaciones de la empresa en Coatzacoalcos, debido a la importación de cargamentos ilegales de roca fosfórica extraída de la zona ocupada del Sahara Occidental.

Por otra parte, Pemex también vierte agua al arroyo Colorado, utilizada en sus procesos en el complejo petroquímico Morelos, supuestamente tratada y limpia. Sin embargo, en esta agua se encuentran vertidos contaminantes.

Simón de la Cruz, otro de los ejidatarios, ha afirmado que aunque el agua que llega a la región “se ve algo clara”, forma una nata blanca que se adhiere a los mangles y elimina a los peces. Según sus palabras, “a veces solo los cocodrilos logran sobrevivir”.

De la Cruz también mencionó que el año pasado intentó instalar palapas para atraer a turistas en sus terrenos frente a la playa. Sin embargo, estudios realizados por expertos determinaron que el agua descargada en el arroyo no es apta para el baño, y la franja de arena también está contaminada.

Ante esta situación, la comunidad de Colorado se está organizando para revivir sus plantaciones de coco y comercializar el agua, la pulpa, el aceite y la fibra de esta planta. Sin embargo, temen que el desarrollo del Corredor Interoceánico, un proyecto de infraestructura que busca impulsar el comercio en la región, agrave aún más el deterioro ambiental.

Por esta razón, los residentes han solicitado a las autoridades ambientales y a la Conagua que realicen análisis de la contaminación en sus ríos y que tomen medidas de reparación urgentes para proteger su entorno natural y su sustento agrícola.

La situación en el ejido Colorado es alarmante y evidencia la falta de acciones contundentes por parte de las autoridades para enfrentar la contaminación industrial. La comunidad está padeciendo las consecuencias de décadas de descargas tóxicas en sus fuentes de agua, lo cual ha afectado su salud, su economía y su calidad de vida.

Es imprescindible que las autoridades competentes investiguen a fondo la situación y tomen medidas efectivas para remediar la contaminación en los ríos y cuerpos de agua de la región. Asimismo, se deben establecer regulaciones más estrictas para garantizar que las empresas cumplan con estándares ambientales adecuados y se les haga responsables de los daños causados.

La comunidad de Colorado y sus habitantes merecen vivir en un ambiente sano y seguro, donde puedan desarrollar sus actividades agrícolas sin poner en riesgo su salud ni el medio ambiente. Es fundamental que se les brinde el apoyo necesario para revitalizar su producción agrícola y se les indemnice por los daños sufridos debido a la contaminación industrial.

La situación en Colorado es un llamado de atención para que se promueva un desarrollo industrial sustentable y se priorice la protección del medio ambiente y la salud de las comunidades. La responsabilidad recae tanto en las empresas que operan en la zona como en las autoridades encargadas de regular y supervisar sus actividades.

Esperamos que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y actúen de manera inmediata para solucionar esta problemática que afecta a los habitantes del ejido Colorado y garantizar un futuro más limpio y seguro para las generaciones venideras.