Defienden expertos la prohibición del maíz transgénico en México

En un encuentro clave con la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, académicos y organizaciones sociales reafirmaron su rechazo a los organismos genéticamente modificados en la siembra de maíz, advirtiendo que su uso pone en peligro la biodiversidad, la soberanía alimentaria y la salud de los mexicanos.

En vísperas de un posible ajuste a la iniciativa presidencial que busca proteger los maíces nativos, especialistas enfatizaron la necesidad de mantener la prohibición del uso de semillas transgénicas. Mientras tanto, productores del norte del país señalaron que, además de la conservación del grano, se debe garantizar la productividad y rentabilidad de los cultivos.

Ana Laura Begier, investigadora en genética del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alertó que la contaminación genética es una amenaza real y podría generar una pérdida irreversible. “Más que una semilla, perderíamos la soberanía alimentaria, la autonomía y la capacidad de garantizar este nutriente para las futuras generaciones”, afirmó.

La especialista subrayó que los organismos genéticamente modificados no pueden ser controlados por leyes o decretos, ya que su propia naturaleza biológica les permite propagarse sin restricciones. En este sentido, advirtió que, si no se actúa a tiempo, México podría enfrentar una crisis de biodiversidad con consecuencias incalculables.

Por su parte, David Rivero Fragoso, abogado de la demanda colectiva del maíz, recordó que desde 2016 las empresas trasnacionales han tenido la oportunidad de demostrar ante los tribunales la seguridad de sus semillas modificadas, sin lograrlo. “No hay una sola prueba de que sus maíces son seguros para el medio ambiente y la salud. En el juicio, la mayor parte de las pruebas presentadas tienen conflictos de interés, están mutiladas, incompletas o mal traducidas”, denunció.

Productores de masa y tortillas también manifestaron su preocupación. Explicaron que la mayoría de las tortillas consumidas en México se elaboran con maíces híbridos y harinas procesadas, sin una adecuada vigilancia para evitar la entrada de productos genéticamente modificados en el mercado nacional.

El debate sobre el maíz transgénico se ha intensificado en los últimos años, en medio de una lucha por proteger los maíces nativos de la amenaza de la biotecnología impulsada por grandes corporaciones. El gobierno de México, alineado con su política de autosuficiencia alimentaria y defensa de la biodiversidad, ha tomado medidas para restringir el uso de transgénicos, lo que ha generado tensiones con sectores empresariales y comerciales.

La preservación del maíz nativo no solo es una cuestión agrícola, sino un tema de identidad nacional y seguridad alimentaria. Mientras el Congreso se prepara para discutir los ajustes a la iniciativa presidencial, la voz de científicos, productores y defensores del medio ambiente se hace escuchar con fuerza: proteger el maíz es proteger el futuro de México.