Crisis y Esperanza en la Caficultura de Guerrero

Atoyac, Guerrero.- En un contexto de desafíos y cambios, los caficultores de la comunidad de El Paraíso, en la Costa Grande de Guerrero, enfrentan un panorama complejo. Marino Bernardino Adame, presidente del Comité del Sistema-Producto Café del estado, reveló en una reciente entrevista que aproximadamente 6,000 productores locales necesitan urgente apoyo del gobierno federal para revitalizar la comercialización de su café. Este llamado surge en medio de un cambio significativo en la industria, donde la exportación a naciones como Brasil y Alemania ha sido reemplazada por una producción enfocada casi exclusivamente en el consumo interno.

Bernardino Adame destacó que la falta de mano de obra es uno de los grandes retos que enfrenta el sector. Los jóvenes de la región han perdido interés en trabajar en los cafetales, prefiriendo empleos mejor remunerados, lo que ha generado una escasez de trabajadores dispuestos a laborar por jornales que oscilan entre los 300 y 350 pesos.

Guerrero cuenta con 22,000 caficultores, y más del 50% de la superficie cultivada del grano en el estado se encuentra en Atoyac, abarcando 42,000 hectáreas. Sin embargo, solo se cultiva la mitad de esta área. El ejido de El Paraíso alberga la mayor parte de esta superficie, con agricultores que poseen en promedio cinco hectáreas cada uno.

El programa federal de Producción para el Bienestar, que asigna 6,200 pesos anuales por productor, ha resultado insuficiente para enfrentar los desafíos actuales, especialmente durante la cosecha, marcada por la ausencia de trabajadores. Además, el cambio climático ha exacerbado la situación. Lluvias atípicas después del primero de diciembre están dañando severamente los cultivos de café, afectando directamente la calidad del grano.

La producción de café ha disminuido notablemente debido a las lluvias, con pérdidas del 10% en algunos casos. Además, el precio internacional del café ha disminuido, afectando negativamente a los productores locales. Hace un año, el precio era de aproximadamente 95 pesos por kilogramo en verde, con un precio internacional de más de 200 dólares por 100 libras. Sin embargo, la actual cotización del dólar y la caída de precios internacionales han reducido significativamente las ganancias de los caficultores, quienes ahora reciben alrededor de 65 pesos por kilo.

En busca de soluciones, los productores están considerando reorientar su producción hacia el café de especialidad. Se estima que este año se producirán alrededor de 62,000 quintales, una cifra muy por debajo de los 200,000 a 300,000 quintales que se registraban en los años más productivos.

La situación se agravó desde los huracanes Ingrid y Manuel en 2013, cuando una epidemia de roya anaranjada afectó gravemente a las plantaciones. Algunos productores lograron renovar sus cultivos con recursos propios, pero otros no han podido recuperarse.

Esta crisis en la caficultura de Guerrero resalta la urgencia de un apoyo más efectivo y coordinado por parte del gobierno federal, no solo para sostener esta industria vital, sino para revitalizar una tradición y un modo de vida que forman parte esencial de la identidad y economía de la región.