Crisis de combustible en Tijuana reduce emisiones contaminantes
Mexicali, Baja California. La reciente falta de abasto de combustible en la zona metropolitana de Tijuana, ocasionada por un conflicto de tierras, ha tenido un inesperado efecto positivo en el medio ambiente: la disminución del tránsito vehicular ha reducido significativamente la emisión de gases contaminantes. Según José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGA), el 60% de los contaminantes que afectan la calidad del aire en Baja California proviene del parque vehicular.
Zavala explicó que, aunque el transporte público representa menos del 20% del parque vehicular, es responsable del 80% de la contaminación del aire. Esto se debe a que estos vehículos tienen un uso intensivo, operando aproximadamente 20 horas al día y descansando solo cuatro, en contraste con los vehículos particulares que suelen usarse cuatro horas y descansar el resto del día. Ante esta situación, Zavala enfatizó la necesidad de un mejor mantenimiento de las flotillas del sector privado y gubernamental, así como la implementación de estrategias para el uso de combustibles más limpios.
Zavala, ingeniero bioquímico y vicepresidente nacional de Gestión Estratégica para el Desarrollo Sustentable de la Confederación de Cámaras Empresariales (CONCANACO SERVYTUR), señaló que la actual crisis de combustible en Tijuana brinda una oportunidad para reflexionar sobre los patrones de producción y consumo. Esta reflexión debe orientarse hacia la mejora de la movilidad y el transporte público con el uso de combustibles más limpios.
Actualmente, el parque vehicular de Baja California se acerca a los 2 millones de unidades, de las cuales aproximadamente 1 millón circulan en Tijuana. La congestión vehicular y la alta dependencia de combustibles fósiles han sido un problema constante en la región. “Debemos repensar la movilidad urbana, promover un mejor desarrollo urbano y un uso de suelo mixto que reduzca la necesidad de movilidad. De esta manera, viviremos en una ciudad más amigable y caminable, con menos dependencia de combustibles fósiles como la gasolina”, subrayó Zavala.
Entre los principales contaminantes del aire en Baja California se encuentran el ozono, producto de óxidos de nitrógeno, el monóxido de carbono, partículas suspendidas de 10 micras y 2.5 micras, y óxidos de azufre. La reducción temporal en la emisión de estos contaminantes debido a la crisis de combustible destaca la urgente necesidad de adoptar medidas más sostenibles para el transporte.
Esta situación también pone en evidencia la importancia de invertir en infraestructuras de transporte público eficientes y ecológicas. El gobierno y el sector privado deben colaborar para mantener las flotillas en óptimas condiciones y explorar alternativas de combustibles más limpios. Asimismo, es crucial fomentar un desarrollo urbano que reduzca la necesidad de desplazamientos largos y dependientes de vehículos motorizados.
La experiencia reciente en Tijuana puede servir como un punto de inflexión para políticas ambientales más estrictas y efectivas, que no solo mejoren la calidad del aire, sino que también contribuyan a una mejor calidad de vida para sus habitantes. Las crisis, como la actual escasez de combustible, deben ser vistas como oportunidades para implementar cambios necesarios hacia un futuro más sostenible y menos contaminado.