Crisis Azucarera en México: Sequía Devasta la Producción y Dispara los Precios en un 45.8%
La severa sequía que ha azotado al territorio nacional durante el último año ha dejado su huella en la producción de azúcar, causando una drástica caída del 15.5 por ciento en la cosecha, que se tradujo en la obtención de 5.2 millones de toneladas en la última zafra. Esta situación ha desencadenado un histórico aumento del 45.8 por ciento en los precios de este producto en las centrales de abasto, generando dificultades tanto para cubrir la demanda interna como para cumplir con los cupos de exportaciones a Estados Unidos.
El impacto de estos fenómenos climáticos y económicos fue analizado por Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), quien advierte sobre las repercusiones que esto está teniendo en el mercado nacional e internacional del azúcar.
En las centrales de abasto, el precio de un bulto de 50 kilogramos de azúcar ha escalado de 869 pesos en 2022 a mil 267 pesos este año, un incremento significativo que ha llevado a la industria panificadora, incluida la principal empresa productora de pan, a elevar sus precios para compensar los costos adicionales. Además, la exportación del dulce a Estados Unidos, que tenía un cupo de un millón 94 mil toneladas para este año, se estima que apenas se cubrirá en un 86 por ciento.
“Estamos enfrentando una situación sin precedentes en el país”, señaló Anaya durante una entrevista exclusiva. “El impacto se extiende más allá de nuestras fronteras, y el índice de alimentos se ve afectado por este notable aumento en el precio del azúcar”, agregó.
La demanda interna de azúcar en México asciende a 4.2 millones de toneladas, y para satisfacerla se han tenido que importar alrededor de 160 mil toneladas de azúcar, incluso sin cupos de importación. Esta medida se ha vuelto más competitiva en comparación con la producción nacional debido a las circunstancias actuales. Los principales países de origen de estas importaciones son Brasil, Guatemala, Honduras e India, y se prevé que al cierre del año, las importaciones de azúcar alcancen las 200 mil toneladas.
La producción de azúcar de la zafra 2022-2023, que finalizó en junio, sufrió una drástica caída de 961 mil toneladas en comparación con la zafra anterior, que alcanzó 6.18 millones de toneladas. Esta merma se debe principalmente a la falta de lluvias y al aumento en el costo de los fertilizantes, lo que redujo el rendimiento por hectárea de caña de 68 a 59 toneladas. En consecuencia, la producción total de caña también disminuyó, pasando de 54.6 millones de toneladas a 47.5 millones en la última zafra.
A pesar de estas dificultades, la superficie cañera productiva se ha mantenido estable en 806 mil hectáreas, según indicó Anaya, lo que sugiere que el problema reside principalmente en las condiciones climáticas y económicas que han afectado la calidad de la caña y, por ende, la producción de azúcar.
La preocupación en torno a esta situación es palpable, ya que se trata de una crisis sin precedentes en el sector azucarero mexicano. En el pasado, México llegó a tener excedentes de azúcar que no podían encontrar mercado, y se buscaron maneras de incrementar los cupos de exportación del producto a Estados Unidos. Sin embargo, la actual coyuntura es completamente opuesta, con una producción insuficiente para satisfacer la demanda interna y los compromisos de exportación.
“El azúcar es uno de los productos que más ha impactado en la inflación en el país”, subrayó Anaya. “Este aumento de precio del azúcar ha contribuido a que el índice de alimentos no disminuya al mismo ritmo que la inflación en general, lo que representa una preocupación significativa para la economía nacional”.
Además de la crisis en la producción de azúcar, se espera que las importaciones de alta fructosa se incrementen en 100 mil toneladas, elevando el total a 1.4 millones de toneladas. Esto refleja la creciente dependencia de México de productos azucarados importados para satisfacer la demanda nacional. En total, el consumo de azúcar y edulcorantes en el país se sitúa en 5.5 millones de toneladas, lo que resalta aún más la gravedad de la situación actual.
Es importante destacar que algunos ingenios han enfrentado problemas financieros debido a la caída en la producción de azúcar. Uno de los casos notables es el Ingenio Puga en Nayarit. Aunque el ingenio no operó, la caña se trasladó a otras instalaciones para su procesamiento, demostrando la resilencia de la industria ante las adversidades.
Por otro lado, informes provenientes de los estados cañeros revelan que al menos cinco ingenios no pudieron abrir, lo que ha generado incertidumbre de cara a la próxima zafra, programada para iniciar el primero de octubre. La comunidad agrícola y la industria azucarera están monitoreando de cerca la situación y esperan que las condiciones climáticas mejoren en los próximos meses para evitar un mayor impacto en la producción y los precios del azúcar.
En resumen, la combinación de una intensa sequía, el aumento en los precios de los fertilizantes y la caída en la producción de azúcar ha llevado a México a enfrentar una crisis sin precedentes en su sector azucarero. El aumento en los precios del azúcar ha tenido un impacto significativo en la inflación y ha generado dificultades tanto para cubrir la demanda interna como para cumplir con los compromisos de exportación. La incertidumbre en torno a la próxima zafra y la dependencia de las importaciones de azúcar y edulcorantes hacen que esta sea una situación que merece una atención cuidadosa por parte de las autoridades y la industria agrícola.