Crece la ola de autocratización en América: un desafío para la democracia moderna

El fenómeno de la autocratización ha comenzado a extenderse de manera preocupante en diversas regiones del mundo, incluidos países de América, de acuerdo con un análisis realizado por expertos durante la mesa de discusión “Populismos, autoritarismos y totalitarismos”, organizada por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En este encuentro, los académicos señalaron que una nueva generación de populismos con tintes autoritarios está cobrando fuerza a través de procesos democráticos y con apoyo social, en una tendencia que cada vez se vuelve más significativa.

Los especialistas mencionaron casos como el de Donald Trump en Estados Unidos, Javier Milei en Argentina, Nayib Bukele en El Salvador, e incluso el ex presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quienes han alcanzado el poder de manera legítima pero con un discurso de liderazgo personalista que, advierten, podría abrir la puerta a prácticas autoritarias. Estos líderes comparten rasgos que, aunque se distancian de los autoritarismos del siglo XX —marcados por golpes de Estado, guerras civiles o revoluciones—, buscan una concentración del poder en torno a un “líder fuerte” con una misión transformadora, lo cual podría limitar el equilibrio democrático.

Esperanza Palma, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), campus Azcapotzalco y moderadora de la mesa, explicó que estos nuevos autoritarismos se basan en estrategias de polarización, dividiendo a la sociedad en “amigos” y “enemigos”. Según Palma, el mensaje de estos líderes es simple y efectivo: presentar la concentración del poder como una vía legítima para lograr el cambio necesario, ganando así un amplio apoyo social. Este tipo de liderazgo es atractivo para una ciudadanía que, ante la desconfianza en las instituciones y el desencanto con las democracias tradicionales, ve en estas figuras un camino hacia la mejora nacional.

En este sentido, Francisco Peredo Castro, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, advirtió sobre un “radicalismo ideológico amenazante” que se extiende en varios países de la región, incluyendo México. Peredo destacó que este radicalismo no se enmarca en la derecha o izquierda convencionales, sino en una posición inflexible que reduce el espectro político a “amigos y enemigos”. Esta postura, explicó, imposibilita la convivencia con la pluralidad, al ver la diversidad de opiniones y la alternancia en el poder como una amenaza a la “voluntad popular”, que estos líderes reclaman representar.

Un punto destacado durante la mesa de análisis fue el papel de la información en esta dinámica. Los especialistas coincidieron en que, a pesar de que actualmente se cuenta con mayor acceso a información, esta se encuentra fragmentada y politizada, lo que contribuye a reforzar narrativas polarizantes que favorecen a los líderes populistas. En este contexto, el reciente triunfo de Trump en Estados Unidos fue mencionado como un ejemplo de cómo el populismo puede transformarse en un autoritarismo respaldado por amplios sectores de la sociedad.

La mesa concluyó con un llamado a reflexionar sobre los riesgos que esta ola de autocratización representa para las democracias de América, especialmente cuando el populismo y el autoritarismo encuentran legitimidad en procesos democráticos. Para los expertos, es esencial fortalecer las instituciones y promover una ciudadanía crítica que sea capaz de cuestionar la concentración de poder, sin perder de vista la importancia de mantener un diálogo plural que respete la diversidad política.