Condiciones inhumanas de vivienda de jornaleros agrícolas en Sinaloa: una tragedia silenciosa

En diversas sindicaturas de Sinaloa, México, trabajadores agrícolas y sus familias viven en condiciones insalubres y precarias. En espacios de tres por tres metros cuadrados, con pisos de tierra, sin cocina, muebles o servicios básicos, varias familias, incluyendo niños, se acomodan en cuarterías construidas con láminas, madera o ladrillo. Decenas de personas comparten un baño que les prestan los patrones, mientras trabajan como jornaleros agrícolas. Aunque algunos ganan entre 500 y 800 pesos diarios en el campo sinaloense, otros tienen que pagar más de mil pesos al mes a particulares que manejan un negocio sin control para vivir en condiciones aún peores. Se estima que unas 800 personas, entre ellas 280 menores, viven en estas condiciones en la región, y ocho han muerto por problemas respiratorios y desnutrición.

El gobierno de Sinaloa detectó la situación en marzo pasado y ha intentado atenderla, pero las condiciones siguen siendo precarias. En una de las cuarterías donde vivían trabajadores agrícolas con sus hijos, una niña de un año y cuatro meses, Dayana, murió a principios de abril por problemas de salud relacionados con las condiciones en las que vivía. También se han reportado otros casos de niños con problemas respiratorios y desnutrición que han requerido hospitalización.

Además de la falta de viviendas dignas para los trabajadores temporales que se emplean por día con diferentes empresas, la situación se agrava por la falta de servicios básicos. Los trabajadores no tienen acceso a agua, gas o energía eléctrica, lo que hace que su vida sea aún más difícil y peligrosa. La Secretaría de Salud estatal ha reportado que los niños no acuden a la escuela o se les encuentra en situaciones de abandono. Es necesario tomar medidas urgentes para mejorar las condiciones de vida de estos trabajadores y sus familias.

La Secretaría del Bienestar y Desarrollo Sustentable de Sinaloa ha señalado que la explotación no se está dando en las empresas agrícolas, sino que el verdadero problema es la falta de viviendas dignas. En algunas ocasiones, los trabajadores ganan lo suficiente como para comprar estufas o mejorar sus condiciones de vida, pero en otras, deben enviar todo lo que puedan a sus lugares de origen, lo que hace que vivan en condiciones de extrema precariedad. La falta de regulación del negocio de las cuarterías agrícolas también es un problema, y se requiere de la acción de los gobiernos municipales y estatal para abordar la situación y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores agrícolas y sus familias.

El alcalde de Guasave ha señalado que se están realizando brigadas de atención médica y que se ha brindado atención a los trabajadores y sus familias, aunque se necesitan soluciones a largo plazo para abordar el problema. La directora del hospital general de Guasave ha señalado que se han diagnosticado problemas de salud como infecciones respiratorias, gastroenteritis, conjuntivitis en niños y diabetes en adultos, lo que demuestra la urgencia de tomar medidas para mejorar las condiciones de vida de estos trabajadores.