Colorantes prohibidos en Europa siguen en productos mexicanos: exigen regulación urgente
Ciudad de México. Una alarmante investigación publicada por El Poder del Consumidor, en colaboración con la organización suiza Public Eye, ha revelado un doble estándar en la formulación de productos alimentarios en México, en comparación con países como Suiza y Reino Unido. El estudio, titulado ¿Qué es lo que comemos? El doble estándar de los colorantes en los productos ultraprocesados, denuncia el uso extendido de colorantes sintéticos en productos dirigidos a niñas, niños y adolescentes en el país, pese a estar restringidos o prohibidos en Europa por sus riesgos a la salud.

El análisis reveló que el 52 por ciento de los productos comercializados en México contienen colorantes sintéticos. En contraste, esos mismos productos —de marcas globales como Kellogg’s, Nestlé, Sabritas/Frito Lay y Barcel— no utilizan esos aditivos o los sustituyen con opciones naturales en países europeos. La diferencia no responde a limitaciones técnicas o de producción, sino a regulaciones más estrictas en otras naciones, como advirtió Jorge Vargas, investigador de salud alimentaria de El Poder del Consumidor.
La muestra del estudio incluyó productos adquiridos en supermercados como Aurrera, Soriana, Walmart y La Comer en México, mientras que en Reino Unido y Suiza se recolectaron datos en tiendas como Sainsbury’s, COOP, Migros y Coop. Además, se revisó la legislación vigente en ambas regiones, evidenciando la brecha normativa que permite a las empresas mantener prácticas menos seguras en nuestro país.
La categoría más afectada fue la de botanas saladas, en especial las de Barcel y Frito Lay/Sabritas, donde el 63 por ciento de los productos contienen colorantes sintéticos o una mezcla de sintéticos y naturales. Les siguen las bebidas azucaradas (52 por ciento) y los cereales y barras (49 por ciento). Barcel fue la marca con mayor proporción de productos con colorantes artificiales (75 por ciento), seguida por Frito Lay/Sabritas (69 por ciento), mientras que Nestlé mostró un avance al mantener 61 por ciento de sus productos libres de estos aditivos, aunque aún conserva un preocupante 22 por ciento con ellos.
Entre los colorantes detectados se encuentran el Rojo 3, prohibido en Estados Unidos y Reino Unido por su potencial cancerígeno; el Amarillo 5 (Tartrazina) y Amarillo 6, asociados con hiperactividad en la infancia; Azul 1 y Azul 2, vinculados con alergias; y el Caramelo IV, clasificado como posible cancerígeno por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.
La doctora Laura Moreno, de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que estos aditivos afectan la microbiota intestinal y se relacionan con múltiples enfermedades, debido a su consumo diario en diversos productos. En Europa, productos con estos colorantes deben incluir una advertencia visible sobre los efectos negativos en la atención infantil. En México, no existe regulación equivalente, ni etiquetado obligatorio que alerte a las familias.
La doctora Alejandra Contreras, del CINyS-INSP, enfatizó que el problema no es técnico, sino político: “Las empresas ya tienen alternativas y las usan en otros países. Aquí se benefician de regulaciones permisivas”.
Ante esta situación, El Poder del Consumidor y expertos nacionales han exigido al gobierno federal la prohibición de colorantes con riesgos comprobados, la inclusión de advertencias obligatorias, la restricción de estos productos en escuelas y programas sociales, y la regulación de su publicidad. También llamaron a las y los consumidores a optar por alimentos frescos, revisar etiquetas y exigir su derecho a una alimentación segura e informada.