Clamor por la paz en Querétaro: una marcha para exigir justicia tras la masacre en el bar Cantaritos
Con un profundo sentido de indignación y dolor, alrededor de 200 personas marcharon en silencio por las calles de Querétaro para exigir justicia por las 10 víctimas mortales de la masacre perpetrada el pasado 9 de noviembre en el bar Cantaritos. Vestidos de blanco, portando globos, mantas y playeras con los rostros de sus seres queridos, los manifestantes recorrieron las principales avenidas de la ciudad en una demostración de unidad y demanda de paz.
La movilización fue encabezada por Teresa García Gasca, exrectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), y representantes de 27 organizaciones de la sociedad civil, como el activista Walter López, reconocido defensor de la diversidad sexual y los derechos ciudadanos. La marcha inició a las 17:00 horas en la Alameda Miguel Hidalgo, avanzando por la avenida Ignacio Zaragoza, en dirección al icónico acueducto colonial, antes de dirigirse al lugar de la tragedia.
Denuncias de omisión e impunidad
En el lugar de la masacre, los manifestantes colocaron una manta con la leyenda “Marcha por la paz”, acompañada por los logos de las organizaciones convocantes. Frente al bar, cuya fachada permanece asegurada por la Fiscalía de Justicia de Querétaro (FJQ), se llevó a cabo un emotivo homenaje. Se colocaron veladoras, flores y ofrendas religiosas en memoria de las víctimas, marcando un momento de reflexión y demanda de justicia.
Durante su discurso, Teresa García Gasca cuestionó duramente a las autoridades: “¿Se hubiera evitado esta masacre si las autoridades no hubieran liberado a una de las víctimas, presunta implicada en hechos delictivos?”. La referencia apuntaba a Fernándo Núñez, alias La Flaca, presuntamente objetivo del ataque perpetrado por sicarios del Cártel de Santa Rosa de Lima. Según revelaciones de la FJQ, La Flaca había sido detenido en dos ocasiones por portar armas de fuego y cartuchos, pero fue liberado por órdenes de la Fiscalía General de la República (FGR).
“Lanzamos la exigencia de que cese la impunidad. Solo con autoridades responsables y comprometidas podemos evitar tragedias como esta,” enfatizó García Gasca, haciendo eco del sentir de las familias.
Críticas al gobierno estatal por su falta de apoyo
Las críticas no solo se dirigieron a las instancias de justicia, sino también al gobierno estatal encabezado por Mauricio Kuri, acusado de abandono y desatención hacia las familias de las víctimas. Según los familiares del arquitecto Carlos Gómez, una de las víctimas, el único apoyo brindado por las autoridades fueron sillas para los velorios.
Visiblemente consternadas, las hermanas de Carlos denunciaron que las autoridades han mentido al afirmar que el gobernador o sus representantes han ofrecido ayuda a los deudos. “No es cierto que nos apoyan. Nos traen con puras mentiras. Fui a hablar con el secretario de gobierno y solo se burlan,” señaló una de ellas.
Carlos Gómez, un joven deportista y arquitecto ferviente católico, había expresado su deseo de ser incinerado y que sus cenizas descansaran en una iglesia. Sin embargo, las autoridades argumentaron que el protocolo de investigación impide la cremación de su cuerpo, agregando más dolor a su familia.
Un llamado urgente a la acción
La marcha silenciosa por la paz en Querétaro no fue solo un homenaje a las víctimas, sino también un grito de exigencia para que las autoridades actúen con celeridad y responsabilidad. Los manifestantes claman por justicia, el fin de la impunidad y un compromiso real para garantizar la seguridad de la ciudadanía en un estado que enfrenta el impacto del crimen organizado y la omisión gubernamental.