Chiapas en la Encrucijada: Habitantes de Nueva Palestina Claman por Ayuda en Medio de la Invasión del Hampa
Un grito de auxilio resonó ayer en Nueva Palestina, una pequeña comunidad en el municipio de Ocosingo, Chiapas, cuando aproximadamente 3 mil de sus habitantes tomaron las calles en una desesperada demanda de ayuda. El motivo de esta movilización masiva: la invasión del hampa y la amenaza constante que representa para su vida cotidiana.
El corazón de la selva Lacandona se ha visto sumido en un estado de terror, ya que diferentes facciones del crimen organizado se disputan el control del territorio y pretenden imponer el temido “derecho de piso” a los pequeños comercios locales.
Mientras las calles se llenaban de manifestantes, las autoridades locales tomaron una medida excepcional. Enviaron una carta al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, implorando su intervención urgente para resguardar a la población. “Estamos siendo amenazados por la delincuencia organizada”, se lee en la misiva, que solicita que las fuerzas de seguridad se desplieguen por tierra y aire en Nueva Palestina.
Los tseltales, habitantes originarios de la región, se manifestaron con pancartas y consignas clamando por sus derechos fundamentales. “Andrés Manuel López Obrador: aún creemos en ti. Mándanos al Ejército, a la Marina, a las fuerzas federales, a la Guardia Nacional; que se posicionen en Nueva Palestina”, demandaron en un coro unificado. Además, advirtieron al gobierno central que si no actúa, la población se organizará por sí misma para protegerse.
La situación se ha vuelto insostenible para los residentes de Nueva Palestina. Señalan que miembros del cártel de Sinaloa los han extorsionado y se preguntan con incredulidad: “¿Qué derecho de piso, si nosotros somos agricultores y ganaderos? Somos gente pacífica y trabajadora”. Estas palabras fueron acompañadas por consignas que retumbaron en las calles: “¡Fuera cártel de Sinaloa! ¡Fuera el crimen organizado! ¡Sí al Ejército! ¡Queremos orden, paz y tranquilidad!”
Las pancartas que sostenían los manifestantes reflejaban su desesperación y miedo: “No más polleros en Nueva Palestina”, “fuera cárteles” y “denunciamos cobro de piso por parte de la delincuencia”. Estas demandas eran un llamado angustioso a las autoridades para que pongan fin a la violencia que ha asolado su comunidad.
La presencia de miembros del cártel de Sinaloa en la región se hizo evidente durante la manifestación. Los residentes aseguraron que estos criminales operan en complicidad con el Ministerio Público desde el cercano crucero de San Javier, ubicado a solo siete kilómetros de Nueva Palestina. Esta conexión entre el crimen organizado y las instituciones estatales aumenta el temor de la población.
Las autoridades locales dieron detalles escalofriantes sobre la situación que enfrentaron el martes pasado. Relataron que alrededor de 16 sicarios llegaron en dos camionetas blancas y entraron armados a las oficinas de la comisaría ejidal. Su objetivo era claro: intimidar y, posiblemente, asesinar a los líderes locales. Por suerte, los atacantes se retiraron sin causar daños graves. Sin embargo, la amenaza persiste.
Lo más alarmante es que estos sicarios, lejos de esconder sus intenciones, declararon abiertamente su intención de tomar el control del pueblo y la región. Así lo consignaron en la carta enviada al Presidente, donde explicaron: “Somos un pueblo pacífico y ratificamos que tenemos a bien recibir a los elementos del Ejército Mexicano y de las corporaciones, a las que solicitamos urgentemente sus acciones con sobrevuelos y por vía terrestre”.
La tensión en Nueva Palestina ha llegado a un punto crítico. Los líderes locales están desesperados por la presencia de un grupo armado autodenominado como el cártel de Sinaloa de El Mayo Zambada, que parece rodear el pueblo. En su súplica al gobierno, insisten en la necesidad de una intervención inmediata.
Además del cártel de Sinaloa, otras informaciones apuntan hacia la presencia del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el crucero de San Javier, una ubicación estratégica en la comunidad lacandona. Este grupo delictivo ha estado cobrando el llamado “derecho de piso” a transportistas y migrantes que cruzan la zona. Incluso, han llegado a marcar a personas con las siglas “CJNG” como advertencia.
La situación se ha vuelto tan incontrolable que un camionero que se negó a pagarles fue marcado en la espalda con las siglas del CJNG. Este acto de violencia muestra la brutalidad con la que operan estos grupos criminales, sembrando el miedo entre la población local.
Un escrito anónimo que ha circulado en los últimos días revela la gravedad de la situación en el crucero de San Javier. En el comunicado, se afirma que “en los dos últimos meses, los habitantes del crucero San Javier han sido amenazados por los autodenominados miembros del cártel Jalisco, que están cobrando a todos los transportistas y migrantes que pasan. Ya se han presentado encuentros violentos y personas marcadas en su piel con las siglas CJNG”.
Esta serie de eventos ha sumido a Nueva Palestina en una atmósfera de temor constante. Los habitantes, en su mayoría dedicados a la agricultura y la ganadería, se sienten atrapados en medio de una lucha de poder entre los cárteles de la droga, que amenaza con destruir la paz y la tranquilidad que alguna vez disfrutaron en su comunidad.
El llamado de auxilio de los habitantes de Nueva Palestina es urgente y desesperado. Exigen que las fuerzas de seguridad federales se desplieguen en su región para restaurar el orden y la seguridad. Su fe en el presidente Andrés Manuel López Obrador es evidente, y esperan que su llamado sea escuchado para que puedan recuperar la paz que tanto anhelan.
El alcalde de Ocosingo, en una declaración emitida después de la marcha, expresó su preocupación por la situación en Nueva Palestina y respaldó las demandas de los manifestantes. Instó a las autoridades estatales y federales a tomar medidas inmediatas para proteger a la comunidad y garantizar su seguridad.
La inseguridad y la presencia del crimen organizado en comunidades rurales como Nueva Palestina son problemas graves que han afectado a varias regiones de México en los últimos años. Estas comunidades se han convertido en zonas de conflicto donde los cárteles luchan por el control del territorio y extorsionan a los residentes locales.
El presidente López Obrador ha prometido en repetidas ocasiones tomar medidas enérgicas contra la delincuencia organizada y mejorar la seguridad en todo el país. Sin embargo, la situación en Nueva Palestina subraya la urgente necesidad de una respuesta más efectiva por parte del gobierno para proteger a las comunidades vulnerables y garantizar la seguridad de sus habitantes.
En el pasado, Chiapas ha sido testigo de conflictos y tensiones relacionados con la lucha por la tierra y los recursos naturales en la selva Lacandona. La presencia de grupos delictivos solo ha exacerbado estas tensiones y ha llevado a una situación de peligro constante para los residentes locales.
El llamado de auxilio de Nueva Palestina también resalta la importancia de abordar las causas subyacentes de la violencia y la inseguridad en las zonas rurales de México. La falta de oportunidades económicas y la marginación pueden contribuir a la vulnerabilidad de estas comunidades frente a la influencia de los grupos delictivos. Es fundamental que el gobierno implemente políticas y programas que aborden estas cuestiones estructurales y brinde apoyo a las comunidades rurales para que puedan prosperar de manera segura y pacífica.
La situación en Nueva Palestina es un recordatorio sombrío de los desafíos que enfrenta México en su lucha contra el crimen organizado y la violencia en las áreas rurales. Mientras los habitantes continúan clamando por ayuda y protección, queda por verse cómo responderá el gobierno ante esta crisis y si logrará devolver la paz y la seguridad a esta comunidad asediada por el hampa.
En resumen, los habitantes de Nueva Palestina, en el municipio de Ocosingo, Chiapas, han salido a las calles para exigir la presencia de las fuerzas de seguridad debido a la amenaza que representa la invasión del crimen organizado y el cobro de derecho de piso a los pequeños comercios. La comunidad se encuentra en una situación de constante temor, y las autoridades locales han enviado una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador solicitando su intervención urgente. La manifestación refleja la desesperación de los habitantes, quienes claman por paz y seguridad. La presencia de cárteles como el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación agrava la situación, y las autoridades locales están alarmadas por la violencia y las amenazas que enfrentan. La comunidad espera que su llamado de auxilio sea escuchado y que el gobierno tome medidas efectivas para protegerlos y restaurar la paz en la región. Esta crisis destaca la necesidad de abordar las causas subyacentes de la violencia en las áreas rurales de México y de brindar apoyo a las comunidades vulnerables. La situación en Nueva Palestina es un recordatorio de los desafíos que enfrenta el país en su lucha contra el crimen organizado y la violencia en las zonas rurales.