Chapopoteras en el Golfo: Pemex Revela Impactante Verdad
El director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, ha informado en una conferencia que el reciente derrame de hidrocarburos en la Sonda de Campeche, reportado a principios de julio, tuvo su origen en una fuga en un ducto del campo Ek Balam. Además, Romero Oropeza ha explicado que la mancha denunciada por grupos ambientalistas es producto de emanaciones naturales conocidas como chapopoteras.
La fuga de aceite ligero ocurrió en el campo marítimo de Ek Balam, que se encuentra a 95 kilómetros de Ciudad del Carmen, y tuvo un volumen de mil 368 barriles. Sin embargo, los ambientalistas aseguran que el derrame alcanzó una extensión de 400 kilómetros cuadrados, mientras que los especialistas de la UNAM estiman que afectó 467 kilómetros cuadrados. Ante estas cifras, el director de Pemex argumentó que para que la mancha hubiera cubierto esa extensión, la compañía petrolera habría tenido que derramar 3 millones de barriles, lo que sería “12 veces más catastrófico que lo ocurrido en el barco Exxon Valdez”, que derramó 250 mil barriles en Alaska en 1989.
Según las explicaciones de Romero Oropeza, la fuga se produjo debido a la erosión de un ducto de Ek Balam, ya que la empresa estatal estaba sustituyendo tuberías con 32 años de uso. La fisura en el ducto tenía siete centímetros, la mitad del tamaño de un bolígrafo, y un milímetro de ancho, según los cálculos de los especialistas de Pemex.
El director de Pemex enfatizó que solo se habrían derramado un máximo de mil 368 barriles durante 18 días, a una tasa de 76 barriles diarios. Por lo tanto, consideró que las cifras presentadas por los ambientalistas eran desproporcionadas y basadas en desinformación. Además, aseguró que la fuga fue detectada el 3 de julio y se informó a las autoridades correspondientes el 6 de julio, negando que la información se hubiera ocultado.
Por otro lado, Romero Oropeza explicó que la mancha denunciada por los ambientalistas es el resultado de chapopoteras de Cantarell, un campo petrolero que en su momento fue estrella de Pemex y llegó a producir hasta 2 millones de barriles diarios. Estas chapopoteras son emanaciones naturales presentes en el Golfo de México y en todo el mundo, que emiten capas de aceite ligero visibles como iridiscencias en el mar. Según el Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos, estas emanaciones representan a nivel mundial el 46 por ciento anual de la aportación de hidrocarburos al ambiente oceánico.
El director de Pemex destacó que las emanaciones naturales de iridiscencias de Cantarell son de 357 barriles por día, lo que supera el dato registrado en Ek Balam.
En relación con el incendio en la plataforma Nohoch-A de Cantarell, Romero Oropeza informó que aún se están investigando las causas, pero adelantó que la empresa Cotemar no siguió los protocolos de seguridad y que hubo una falta de mantenimiento en los activos. Durante el primer día de la conflagración, se dejaron de producir 700 mil barriles, pero la producción se ha ido recuperando y actualmente solo faltan 8 mil barriles para regresar al nivel que se tenía antes del accidente.
En cuanto a las finanzas de la empresa estatal, el director de Pemex negó que estuviera en quiebra técnica financiera. Según los datos proporcionados, la participación de los recursos petroleros dentro del total de los ingresos presupuestarios del sector público alcanzó su máximo de los últimos ocho años con un 22.4 por ciento en 2022, siendo el mayor contribuyente del país al superar más de cuatro veces el aporte de tres de las principales empresas en México.
El derrame de hidrocarburos en la Sonda de Campeche ha generado preocupación entre los ambientalistas y la sociedad en general, quienes exigen una mayor transparencia y medidas de prevención para evitar futuros incidentes. Asimismo, se espera que las investigaciones sobre las causas del derrame y el incendio en la plataforma Nohoch-A arrojen luz sobre la responsabilidad de las empresas involucradas en estos sucesos.
Las autoridades ambientales y petroleras deberán tomar acciones concretas para mitigar los efectos del derrame y garantizar la protección del ecosistema marino en el Golfo de México, así como implementar medidas de seguridad más rigurosas para evitar accidentes similares en el futuro. La sociedad también tiene un papel fundamental en exigir el cumplimiento de normativas ambientales y en promover prácticas más sostenibles en la industria petrolera. Solo con un esfuerzo conjunto será posible proteger el valioso entorno natural del país y evitar daños irreparables en el futuro.