¡Buena noticia! La inflación en México muestra signos de desaceleración

México se enfrenta a un proceso desinflacionario que se reflejará en el dato de inflación negativa de mayo, que se espera sea publicado el próximo jueves. A pesar de esto, los analistas económicos estiman que la inflación seguirá siendo elevada y con riesgos de resistencia a la baja.

Tanto la inflación general como la subyacente se encuentran muy lejos del objetivo del Banco de México (BdeM), y se espera que converjan hacia el 3 por ciento a finales de 2024. Esto significa que, si el banco central desea alcanzar su objetivo, deberá mantener tasas elevadas y una comunicación que respalde una postura restrictiva.

Los analistas económicos también destacan la falta de holgura en el mercado laboral, donde el empleo sigue en aumento y existen presiones sobre la dinámica salarial. Esta situación podría obstaculizar el proceso desinflacionario, según advierte Alejandro Marcos, director de análisis económico de Intercam Casa de Bolsa.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicará el dato de inflación de mayo el próximo jueves. Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de análisis económico y estrategia financiera de mercados de Banorte, pronostica que la inflación será negativa, con una caída del 0.20 por ciento mensual. Esto se debe a un efecto estacional favorable en las tarifas eléctricas y a una menor presión en la inflación subyacente. Con estos datos, la inflación anual se moderaría a un 5.86 por ciento, por debajo del objetivo del 6.0 por ciento.

Alderete explica que este período está fuertemente influenciado por la primera quincena, especialmente por los descuentos de verano en las tarifas eléctricas. Sin embargo, se espera un comportamiento diferente en varios sectores durante la segunda mitad del mes, destacando una contracción importante en el gas LP, ajustes más modestos en las mercancías y una menor volatilidad en los productos agropecuarios.

En cuanto a la inflación subyacente, que elimina los efectos volátiles como los precios de la energía y los productos agropecuarios, se estima que sea del 0.33 por ciento, lo cual sigue siendo elevado en un 7.39 por ciento anual. Se espera que continúe la moderación en los alimentos procesados, aunque con presiones en el azúcar y los refrescos.

Esta desaceleración se atribuye a la inflación no subyacente, que registró un aumento del 2.12 por ciento anual en la última lectura. Sin embargo, este componente apenas ha comenzado a moderarse, con una tasa anual del 7.67 por ciento, debido a la persistencia de precios altos en las mercancías, tanto en los alimentos (12.14 por ciento anual) como en los no alimentarios (6.59 por ciento anual), según describe Eduardo Suárez, analista económico de Scotiabank.

La inflación en México sigue siendo un desafío importante para el Banco de México (BdeM) y los analistas económicos. Aunque se espera que el dato de inflación de mayo sea negativo, lo que indica una desaceleración en los precios, persisten preocupaciones sobre la resistencia a la baja y la necesidad de mantener tasas elevadas para alcanzar el objetivo de inflación del banco central.

El proceso desinflacionario en el país ha sido afectado por diversos factores. Por un lado, la inflación subyacente, que excluye los elementos volátiles de la economía como los precios de la energía y los productos agropecuarios, sigue siendo elevada. Esto se debe en parte a la falta de holgura en el mercado laboral y las presiones sobre los salarios. Además, se han observado presiones en algunos alimentos procesados, como el azúcar y los refrescos.

El impacto de la inflación no subyacente también ha sido significativo. Aunque ha comenzado a moderarse, este componente ha contribuido a la alta inflación general. Los precios de las mercancías, tanto alimentarias como no alimentarias, han mostrado persistencia en sus niveles elevados. En particular, el gas LP ha experimentado una contracción importante, mientras que otros productos han mostrado ajustes más modestos.

Los analistas esperan que el dato de inflación de mayo refleje estos factores. Juan Carlos Alderete de Banorte pronostica una inflación mensual negativa del 0.20 por ciento, impulsada por descuentos estacionales en las tarifas eléctricas. Esto ayudaría a moderar la inflación anual, que se espera se ubique en un 5.86 por ciento, por debajo del objetivo del 6.0 por ciento.

Sin embargo, a pesar de esta posible desaceleración, los analistas advierten que la convergencia hacia el objetivo de inflación del BdeM será un proceso lento. Se estima que no se logrará hasta finales de 2024. Esto implica que el banco central tendrá que mantener una postura restrictiva y comunicar de manera efectiva su enfoque para ayudar a respaldar la narrativa de una política monetaria ajustada.

La evolución de la inflación en México tiene implicaciones importantes para la economía en su conjunto. Una inflación persistente y elevada puede erosionar el poder adquisitivo de los consumidores y afectar la estabilidad económica. Además, puede generar incertidumbre y dificultades para la toma de decisiones empresariales.

En respuesta a estos desafíos, el Banco de México ha seguido manteniendo una postura de política monetaria firme. En su última reunión, decidió mantener sin cambios la tasa de interés de referencia, en línea con las expectativas del mercado. Esta medida busca contrarrestar los riesgos inflacionarios y respaldar la estabilidad de precios en el mediano plazo.

En resumen, México se encuentra en un proceso desinflacionario, aunque persisten preocupaciones sobre la resistencia a la baja de la inflación. El dato de inflación de mayo, que se espera sea negativo, reflejará la moderación de los precios en algunos sectores. Sin embargo, la inflación subyacente sigue siendo elevada y se requerirá tiempo para alcanzar el objetivo del BdeM. El banco central continuará implementando medidas para mantener una política monetaria restrictiva y comunicar de manera efectiva su enfoque.

El mercado laboral también juega un papel importante en el panorama inflacionario de México. El empleo sigue en aumento, lo que genera presiones sobre la dinámica salarial. Esta situación podría influir en la resistencia al proceso desinflacionario, ya que los mayores costos laborales pueden trasladarse a los precios de los bienes y servicios.

En este contexto, es fundamental que se implementen políticas adecuadas para fomentar la generación de empleo de calidad y promover una mayor productividad. Esto ayudaría a reducir las presiones inflacionarias derivadas del mercado laboral y contribuiría a un proceso de desinflación más sólido y sostenible.

Es importante destacar que la inflación no es un problema exclusivo de México. Varios países a nivel mundial han experimentado aumentos significativos en los precios debido a factores como la recuperación económica, los desequilibrios de oferta y demanda y las presiones en los mercados de materias primas. En este contexto, los bancos centrales de diferentes países han adoptado medidas para hacer frente a la inflación y asegurar la estabilidad económica.

En conclusión, México se encuentra en medio de un proceso desinflacionario, pero aún enfrenta desafíos significativos. A pesar de la posible disminución de la inflación en mayo, persisten riesgos de resistencia a la baja y se requerirá tiempo para alcanzar el objetivo del Banco de México. La inflación subyacente, la falta de holgura en el mercado laboral y las presiones en los precios de algunos alimentos son factores que influyen en el panorama inflacionario del país. El banco central deberá mantener una postura restrictiva y comunicar de manera efectiva su estrategia para respaldar la estabilidad de precios. Además, se requieren políticas adecuadas para fomentar el empleo de calidad y promover una mayor productividad. Estos esfuerzos contribuirán a un proceso de desinflación más sólido y sostenible en México.