Aumento en el Pago de Intereses de la Deuda Pública Impacta las Finanzas de México

La economía mexicana enfrenta un desafío significativo debido al incremento en el costo del servicio de la deuda pública, una situación que no se había visto en las últimas dos décadas. Según los informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, hasta noviembre de 2023, el pago de intereses de la deuda pública ha absorbido un considerable 13.4% de los ingresos totales del país. Este nivel de compromiso financiero, que incluye el endeudamiento del gobierno federal, los saldos del rescate bancario de los años 90 y las obligaciones de las empresas productivas del Estado, ha alcanzado un saldo sin precedentes de 849 mil 761.3 millones de pesos en el acumulado de enero a noviembre.

Este fenómeno implica una reducción significativa en la capacidad del gobierno y las empresas públicas para asignar recursos a otras áreas vitales, como la inversión productiva y los servicios. El costo financiero de la deuda, el más alto en términos nominales desde 1990, también ha registrado un aumento en la proporción que consume de los ingresos, representando una de las mayores presiones sobre las finanzas públicas mexicanas.

La tendencia al alza en el pago de intereses se ha evidenciado desde la presentación del paquete económico 2024. Renzo Merino, analista de Moody’s Investors Service, destacó que la proporción del pago de intereses de la deuda respecto a los ingresos aumentaría del 10% en 2021 al 16% en 2024. Para 2023, esta cifra ya alcanzó el 13.4%, mientras la tasa de interés del Banco de México se mantiene estable. Esta situación contrasta con otras economías calificadas con Baa2 por Moody’s, que han visto correcciones en su carga de intereses desde los primeros choques de la pandemia de coronavirus en 2021.

El aumento en el costo de la deuda pública se convierte en un factor clave para las decisiones económicas del país. Con una proporción de 13.4% del ingreso total destinado al pago de intereses, México enfrenta el desafío de equilibrar sus obligaciones financieras con las necesidades de inversión y desarrollo. Aunque la proporción actual está lejos del 37.9% alcanzado en 1990, es la más alta desde 2002, cuando se destinó un 13.4% de los ingresos presupuestarios al pago de deuda.

Este escenario plantea un desafío significativo para la administración actual, que debe navegar en un entorno de restricciones financieras mientras intenta cumplir con sus compromisos de desarrollo y bienestar social. La gestión prudente y estratégica de la deuda y los ingresos será crucial para mantener la estabilidad económica y financiera de México en los próximos años.