Aumento de 5.6% en la canasta alimentaria urbana en octubre refleja presiones inflacionarias en México

En octubre de 2024, el costo de la canasta alimentaria en México experimentó un incremento significativo, reflejando las fuertes presiones inflacionarias que afectan al país. Según datos actualizados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el precio de la canasta en las zonas urbanas subió un 5.6% en comparación con septiembre, pasando de 2,224.83 pesos a 2,349.71 pesos. En el ámbito rural, el incremento fue de 5.3%, lo que elevó el costo de 1,701.52 a 1,791.69 pesos.

Estos aumentos, derivados de la actualización mensual que Coneval realiza sobre el valor de la canasta alimentaria con base en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reflejan una tendencia inflacionaria persistente que ha afectado de manera particular al sector alimentario en el último año.

En un análisis histórico, los datos de Coneval demuestran que el costo de la canasta básica ha seguido una tendencia al alza cada año desde 2017. En ese año, el precio de la canasta urbana era de 1,491.7 pesos y de 1,130.92 en las áreas rurales, lo que significa un crecimiento acumulado del 57.5% en la canasta urbana y un 58.4% en la rural hasta octubre de 2024.

Este contexto de encarecimiento de los productos básicos ha planteado desafíos para la economía de los hogares mexicanos, especialmente aquellos en situación de pobreza, que destinan una mayor proporción de sus ingresos a la adquisición de alimentos. Este impacto se siente con mayor fuerza en las zonas rurales, donde los precios siguen siendo ligeramente inferiores a los urbanos, pero donde las alzas porcentuales son incluso mayores. Además, el incremento en el costo de la canasta rural muestra que las regiones menos urbanizadas no están exentas de las presiones inflacionarias que enfrentan las grandes ciudades.

El alza de 5.6% en los precios de la canasta básica en las zonas urbanas, y de 5.3% en las rurales, es una cifra que evidencia cómo la inflación en el sector de alimentos sigue siendo un factor crítico en la economía mexicana. Factores como el aumento en los costos de producción, las presiones en los precios internacionales de granos, y los efectos climáticos sobre la agricultura nacional han contribuido a este encarecimiento en la última década. Esta tendencia inflacionaria en el sector alimentario también puede impactar la seguridad alimentaria en México, un reto que exige respuestas efectivas tanto en términos de política económica como de desarrollo social.

Ante esta situación, el Gobierno de México ha implementado estrategias para mitigar el impacto de los incrementos en los precios de alimentos básicos, incluyendo subsidios a sectores estratégicos y apoyo directo a familias en situación vulnerable. Sin embargo, la inflación continúa representando un desafío para lograr los objetivos de bienestar social y estabilidad económica, afectando especialmente a los grupos de menores ingresos.

El incremento en el costo de la canasta alimentaria y las perspectivas de inflación en los productos básicos sugieren que, en los próximos meses, será necesario redoblar esfuerzos para controlar el encarecimiento y apoyar a los hogares en situación de vulnerabilidad, garantizando que puedan acceder a los alimentos necesarios para una vida digna y saludable.