Ante la escasez de agua, habitantes de Acapulco recurren a manantiales naturales
La falta de acceso al agua potable en las colonias de la parte alta de Acapulco ha llevado a sus habitantes a buscar alternativas para abastecerse, recurriendo a vertederos naturales, como la cañada de la Eca, ubicada cerca de la Escuela de Contabilidad y Administración en la avenida Ruiz Cortines. Este manantial, junto con otros puntos en zonas altas de la ciudad, se ha convertido en un salvavidas para muchas familias, que enfrentan altos costos y malos tratos por parte de empresas privadas de pipas.
El lunes por la mañana, un grupo de seis personas llenaba garrafas y bidones utilizando embudos improvisados con botellas de plástico en la cañada de la Eca. Aunque el fin de semana se registraron largas filas, el lunes la afluencia disminuyó ligeramente debido a la distribución parcial de agua en algunos sectores. Sin embargo, la llegada de personas al manantial continúa, mientras la vida sigue en la transitada avenida, acompañada por música de hip hop proveniente de una papelería cercana.
Don Luis, vecino de Infonavit Alta Progreso, compartió que aún no ha recibido agua en su hogar, por lo que ha tenido que acudir al manantial. “Todavía no me echan el agua, por eso tuve que venir. Ahorita no hay gente, pero luego está la cola hasta allá”, comentó. Aunque el agua no es apta para el consumo, Don Luis aseguró que está limpia y es útil para el aseo personal.
La situación es más complicada para los adultos mayores y personas sin medios de transporte, que encuentran difícil trasladarse a los manantiales y llevar el agua a sus hogares. Ariadna Sánchez, quien ha buscado agua en diversos puntos de la ciudad, narró las dificultades para adquirir agua por medio de pipas. “Quise comprar una pipa, pero me ponen en lista de espera o me quieren cobrar hasta 2 mil pesos por 5 mil litros”, explicó.
En la colonia Costa Azul, Víctor relató que fue casi regañado por una administradora de pipas cuando solicitó el servicio, pues la calle donde vive es demasiado empinada, lo que dificultaba el acceso. Además de los problemas con las pipas, algunos abusos también se han reportado en los manantiales. Martín Fernández, quien se surtió de agua el domingo en el vertedero del camellón de la Y Griega, denunció que una persona utilizó una bomba de agua para llenar un tinaco completo, mientras los demás esperaban con sus garrafones, lo que consideró un acto injusto.
Ante la crisis, la Secretaría de Marina y la Comisión Nacional del Agua han instalado módulos de distribución de agua en lugares como la colonia Costa Azul y el zócalo de Acapulco, donde los ciudadanos pueden acceder a este recurso de forma más organizada.
La escasez de agua sigue siendo un problema grave para los habitantes de Acapulco, obligándolos a buscar soluciones en medio de dificultades económicas y de acceso. Mientras tanto, la solidaridad y las denuncias de abusos continúan marcando la vida diaria de quienes dependen de estos manantiales para satisfacer sus necesidades básicas.