AMLO Celebra un Histórico Presupuesto 2024: Un Logro sin Moches
Después de intensos debates y confrontaciones en el hemiciclo de la Cámara de Diputados, finalmente se ha dado luz verde al presupuesto para el próximo año en México. Un presupuesto de 9 billones 66 mil 45.8 millones de pesos que, a pesar de las tensiones y controversias, refleja las prioridades del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en su afán por continuar con sus programas sociales y su enfoque en la austeridad. Sin embargo, esta aprobación no estuvo exenta de polémica, con la eliminación de fideicomisos y recortes a organismos autónomos que han causado revuelo en la oposición y desacuerdos dentro del propio partido gobernante.
El presupuesto de 2024 ha sido una cuestión de gran relevancia en la vida política mexicana en los últimos días. Las tensiones llegaron a su punto máximo durante la discusión en la Cámara de Diputados, con reclamos, insultos e incluso empujones por parte de los legisladores de oposición a Morena. La eliminación de fideicomisos vinculados al Poder Judicial, valorados en aproximadamente 15 mil millones de pesos, fue uno de los temas más controvertidos. Se argumentó que estos fondos se destinarán a la reconstrucción del Puerto de Acapulco, que sufrió daños significativos debido al paso del huracán Otis. Sin embargo, esta medida ha sido recibida con escepticismo por algunos sectores, que cuestionan si la reconstrucción será la principal beneficiaria de estos recursos.
Otro de los ajustes que se realizaron en el presupuesto, en medio de más de 3 mil reservas presentadas por los legisladores, fue la transferencia de 500 millones de pesos del Consejo de la Judicatura Federal al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Esto se hace en previsión de las elecciones presidenciales de 2024, donde se espera una intensa competencia política y se necesita un presupuesto sólido para garantizar la integridad del proceso electoral. Aunque esta redistribución de fondos tiene una justificación válida, también ha generado debate sobre la asignación de recursos en un momento políticamente crucial.
En medio de estos debates, también se aprobó una reserva que permite a las Comisiones de Presupuesto y Cuenta Pública y de Pueblos Indígenas y Afroamericanos de la Cámara de Diputados formar un grupo de trabajo encargado de analizar y dar seguimiento al ejercicio del presupuesto destinado al Desarrollo Integral de los Pueblos y Comunidades Indígenas. Esta medida muestra un intento de garantizar una mayor transparencia y participación en la asignación de fondos para comunidades marginadas.
Una de las características más notables de este presupuesto es el recorte significativo de 13 mil 262 millones de pesos a los organismos autónomos en comparación con lo solicitado para el próximo año. El Instituto Nacional Electoral (INE), por ejemplo, había solicitado 37 mil 770 millones de pesos, pero se le redujo en 5 mil millones de pesos. Del mismo modo, el Poder Judicial, que había pedido 84 mil 792 millones de pesos, recibió 6 mil 465 millones de pesos menos. Estos recortes han suscitado preocupaciones sobre la capacidad de estos organismos para llevar a cabo sus funciones de manera efectiva y sobre la independencia de sus decisiones en un contexto político cada vez más polarizado.
El Ramo 33 y el Ramo 28, que contienen recursos destinados a las entidades federativas y municipios, también sufrieron recortes por un total de 6 mil 299 millones de pesos. Estos recortes podrían tener un impacto significativo en la capacidad de los gobiernos locales para proporcionar servicios esenciales a sus ciudadanos y llevar a cabo proyectos de infraestructura necesarios.
Uno de los momentos más tensos durante la discusión del presupuesto fue el pequeño enfrentamiento entre legisladores de Morena y del Frente Amplio por México. Los legisladores de oposición tomaron la tribuna exigiendo la apertura del tablero electrónico para aclarar el sentido de la votación, lo que llevó a un conato de pleito en el recinto. Estos episodios de confrontación subrayan la profunda polarización política que existe en el país y la dificultad de llegar a consensos en temas fundamentales como el presupuesto.
El retiro de la diputada Selene Ávila del grupo parlamentario de Morena en la madrugada de la votación es otro indicio de la tensión interna que se vive en el partido gobernante. Ávila, cercana al excanciller Marcelo Ebrard, renunció después de que su solicitud de asignar recursos a la reconstrucción de Acapulco fuera rechazada. Este episodio destaca las divisiones internas y las luchas de poder que pueden surgir en el seno de un partido político, incluso cuando tiene una mayoría sólida en el Congreso.
El presidente AMLO expresó su satisfacción por la aprobación del presupuesto en Palacio Nacional. Destacó que este presupuesto permitirá concluir obras y aumentar los montos de los programas sociales que ha impulsado su gobierno. Además, hizo hincapié en que, durante su mandato, todos los presupuestos se han aprobado sin moches, lo que considera un logro histórico y sin precedentes en los últimos tiempos. Si bien es cierto que la eliminación de prácticas corruptas es loable, es importante recordar que la austeridad extrema también puede tener consecuencias negativas si no se maneja adecuadamente.
En medio de esta aprobación presupuestaria, es fundamental reflexionar sobre los desafíos y las implicaciones de las decisiones tomadas. Por un lado, es innegable que el enfoque en los programas sociales es una respuesta a las crecientes desigualdades económicas y sociales en México, un problema que ha persistido durante décadas. La intención de utilizar los fondos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos más vulnerables es una prioridad legítima y necesaria.