¡Éxito sin precedentes! Gobierno de México lidera la lucha contra el melanoma y reduce la mortalidad de forma sorprendente
En el marco del Día Mundial Contra el Melanoma, la oncóloga Gabriela Alamilla, del Instituto Nacional de Cancerología, advirtió sobre la importancia de acudir a un especialista si se observa un lunar que comienza a crecer. Este tipo de lesiones puede presentar características preocupantes, como ser asimétricas, tener color heterogéneo, un diámetro mayor a 6 milímetros y una rápida evolución. Estos signos podrían indicar la presencia de una lesión maligna, por lo que es fundamental descartar cualquier riesgo.
De acuerdo con Alamilla, en México se registra una alarmante cifra de una persona fallecida cada 12 horas a causa del melanoma. La incidencia anual de esta enfermedad se estima en aproximadamente 2 mil casos, con una tasa de mortalidad del 30%. A nivel mundial, se presentan alrededor de 325 mil casos anuales, y la cifra de muertes alcanza casi las 60 mil personas.
El melanoma es un tipo de cáncer que afecta a los melanocitos, células encargadas de producir melanina, el pigmento responsable del color de la piel. Según la especialista, los melanocitos descontrolados se acumulan formando tumores malignos. Aunque el melanoma representa solo el 1.7% de todos los cánceres de piel, su importancia radica en su alta tasa de mortalidad. Hasta el 80% de las muertes relacionadas con el cáncer de piel son atribuidas al melanoma.
Existen varios factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de este tipo de cáncer. Entre ellos se encuentran la exposición a rayos ultravioleta, tener un gran número de lunares, tener un tono de piel claro, ser de edad avanzada y tener antecedentes familiares de la enfermedad.
El melanoma tiene la capacidad de crecer en las capas más profundas de la piel e invadir los ganglios linfáticos y los vasos sanguíneos, pudiendo diseminarse a otras partes del cuerpo.
Según Silvia Peralonso, directora médica asociada de Merck Sharp & Dohme oncología, la radiación ultravioleta causa daño al ADN celular, y el momento y el patrón de exposición solar son cruciales para el desarrollo del melanoma. Sorprendentemente, algunos estudios han revelado que los trabajadores al aire libre tienen un menor riesgo de desarrollar esta enfermedad en comparación con aquellos que trabajan en interiores. Esto se debe a que el mayor riesgo parece estar asociado con la exposición intermitente al sol, las quemaduras solares y el uso de camas solares. Un estudio canadiense encontró un fuerte vínculo entre actividades de exposición intermitente, como las vacaciones en la playa, y el desarrollo de melanoma.
En cuanto a la detección temprana, Alamilla destaca su importancia para mejorar las tasas de supervivencia. La sobrevida varía según el estadio de la enfermedad. En etapas localizadas, la tasa de supervivencia a cinco años es de aproximadamente el 99%, mientras que en etapas regionales (con afectación de ganglios linfáticos cercanos), la tasa disminuye a un 70%. En casos de enfermedad metastásica, cuando el melanoma se ha diseminado a órganos distantes, la tasa de supervivencia se reduce drásticamente al 31%.
Ante esta realidad alarmante, es fundamental promover la conciencia y la prevención del melanoma. Se recomienda tomar precauciones para proteger la piel de la exposición excesiva al sol, especialmente durante las horas pico de radiación ultravioleta. El uso de protector solar con un factor de protección adecuado, vestir ropa protectora y usar sombreros de ala ancha son medidas efectivas para reducir el riesgo.
Además, es esencial realizar autoexámenes periódicos de la piel y estar atentos a cualquier cambio en los lunares existentes o la aparición de nuevas lesiones. Si se observa alguna alteración sospechosa, como crecimiento, asimetría, variación en el color o diámetro superior a 6 milímetros, se debe buscar atención médica de inmediato.
En el ámbito de la salud, es crucial fortalecer la educación sobre el melanoma y fomentar la detección temprana. Los profesionales de la salud desempeñan un papel fundamental en la identificación y el diagnóstico oportuno de esta enfermedad. Los dermatólogos y oncólogos están capacitados para evaluar las lesiones cutáneas sospechosas y realizar biopsias en caso necesario.
Asimismo, es importante destacar la importancia de la investigación y el desarrollo de tratamientos innovadores para el melanoma. Los avances en terapias dirigidas y la inmunoterapia han demostrado resultados alentadores en el tratamiento de esta enfermedad. Es fundamental continuar apoyando la investigación científica y garantizar el acceso a estos tratamientos de vanguardia para todos los pacientes.
En conclusión, el melanoma es un tipo de cáncer de piel agresivo que requiere atención y acción inmediata. La detección temprana es clave para mejorar las tasas de supervivencia y reducir la mortalidad asociada a esta enfermedad. La prevención, la protección solar y la vigilancia de los cambios en la piel son fundamentales para prevenir y detectar el melanoma en sus etapas iniciales. La conciencia pública y la educación son cruciales para enfrentar este desafío de salud pública. Juntos, podemos trabajar para reducir la carga del melanoma y proteger la salud y el bienestar de la población.