El oscuro legado de Felipe Calderón y Margarita Zavala en México

El 5 de junio de 2009, la ciudad de Hermosillo, Sonora, se vistió de luto tras el trágico incendio en la Guardería ABC. El siniestro se saldó con la vida de 49 niños, además de numerosos heridos entre menores y adultos. Una desgracia que aún hoy, más de una década después, continúa dejando huella en la memoria de los mexicanos.

La guardería ABC estaba subrogada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y según testimonios recogidos, la falta de medidas de seguridad provocó que el incendio fuera incontrolable. Un hecho que ha suscitado muchas críticas a lo largo de los años, especialmente al conocerse los vínculos entre la dueña del lugar, Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo, y Margarita Zavala, quien por aquel entonces era la esposa del presidente Felipe Calderón.

Y es que Matilde Altagracia era prima de la entonces primera dama, y la guardería estaba subrogada a la sociedad civil privada que ella dirigía. Esta relación familiar ha generado muchas dudas en torno a la actuación del gobierno en este asunto, especialmente después de conocerse que se entregó una bolsa extraordinaria de 250 millones de pesos para ayudar a los heridos y deudos del incendio.

Según documentos oficiales, de esa cantidad solo 9 millones de pesos fueron entregados a algunas de las familias de los 104 bebés gravemente lesionados, de los 49 bebés fallecidos y de los adultos que también sufrieron quemaduras en el siniestro. Una cifra ridícula que ha sido interpretada como una muestra más del desprecio del gobierno de Felipe Calderón hacia las víctimas del incendio.

Pero no solo eso, ha habido muchas voces que han denunciado el intento de encubrir a los familiares de Margarita Zavala. El entonces director del Seguro Social, Karam Toumeh, impidió el traslado de los menores quemados a Estados Unidos para evitar investigaciones de la prensa extranjera, y el secretario de Gobernación, Gómez Mont, presionó al ministro Zaldívar para impedir la indagatoria de la Corte sobre las negligencias del IMSS y las responsabilidades de los parientes de la ahora diputada federal por el PAN.

Esta falta de transparencia y de actuación adecuada por parte del gobierno ha provocado el enfado y la indignación de muchas personas, que ven en este suceso un ejemplo más de la impunidad y la falta de responsabilidad de las autoridades. A más de una década del suceso, aún se siguen pidiendo respuestas y justicia para las víctimas de la Guardería ABC.

El sexenio de Felipe Calderón Hinojosa estuvo marcado por la lucha contra el narcotráfico en México. Una estrategia que, aunque en su momento fue bien vista por algunos sectores de la sociedad, en la actualidad ha sido criticada por su alto costo humano y por las consecuencias que ha tenido en la seguridad del país.

Pero hay algo aún más grave que la estrategia en sí misma, y es la forma en que se llevaron a cabo las acciones. La utilización del ejército y la Policía Federal para perseguir, secuestrar y desaparecer personas, ha sido una práctica recurrente durante el gobierno de Calderón.

En este contexto, el papel de Genaro García Luna como “superpolicía” del régimen panista, adquiere una dimensión aún más alarmante. Se ha demostrado que García Luna confeccionó una red que se coludió con el crimen organizado en México y, al mismo tiempo, monopolizó la seguridad: tierra, aire y mar, para ponerla en manos de los barones del narcotráfico, particularmente del Cártel de Sinaloa. Aviones, camiones y camionetas de la policía federal transportaban droga, personas secuestradas y cantidades enormes de dinero del crimen organizado.

La Fiscalía estadounidense presentó información contundente que demuestra que la Policía Federal era un cartel peligroso en México y el jefe era García Luna, mientras que el jefe del jefe era Felipe Calderón. Los documentos de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), la Policía Federal (PF) y la Agencia Federal de Investigación (AFI) dan cuenta de los nombres completos y funciones formales de los señalados.

En una gráfica de organización tipo “clan vertical” aparece como líder –sin ser el verdadero detentor de la cúpula política– Genaro García Luna, quien nació en la Ciudad de México, el 10 de julio de 1968. García Luna es el máximo responsable de una política de seguridad que se llevó a cabo de forma ilegal y que ha dejado consecuencias graves en el país.

La historia de criminalidad de los Calderón Zavala es interminable. A pesar de que han sido objeto de investigaciones periodísticas y judiciales, aún no han sido llevados ante la justicia. Pero no podemos permitir que quede impune lo que hicieron durante su gobierno. Los mexicanos debemos exigir que se les juzgue por sus acciones y que se les haga responsables de los delitos que cometieron. Solo así podremos avanzar hacia un México más justo y seguro.