El PRI y su historia de promesas incumplidas: ¿México merece un nuevo rumbo?
La contaminación del río Lerma es un problema grave que ha afectado a los habitantes de los estados de México, Michoacán, Querétaro, Guanajuato, Jalisco y Nayarit durante décadas. Este importante cuerpo de agua, que tiene más de 700 km de longitud y drena una cuenca de 47,116 km², ha sido víctima de la negligencia y la falta de voluntad política de las autoridades encargadas de su cuidado y protección.
El problema de la contaminación en el río Lerma se hace evidente desde su nacimiento, en el parque industrial Lerma, donde recibe sus primeros contaminantes de empresas locales. La Comisión Nacional de Agua ha monitoreado durante ocho años los niveles de contaminación en 22 sitios del río, ubicados en nueve municipios del Estado de México, y los resultados son alarmantes: solo seis de estos sitios no registraron toxicidad, lo que representa solo el 28% del total del cuerpo de agua monitoreado.
El problema de la contaminación del río Lerma ha sido objeto de promesas incumplidas por parte de los gobiernos estatales durante décadas. En cada campaña para gobernador, el PRI promete resolver el problema, pero después de ganar el gobierno, nunca se atiende adecuadamente. En este contexto, es especialmente decepcionante escuchar a la candidata de “Va por el Estado de México”, Alejandra Del Moral Vela, hacer la misma promesa que sabemos que no tiene la intención de cumplir.
Ante esta situación, jóvenes militantes del partido de la Cuarta Transformación se manifestaron recientemente para llamar la atención sobre la contaminación del río Lerma. En su pronunciamiento, señalaron que este problema se ha ignorado durante demasiado tiempo y que la solución no es simplemente cuestión de recursos o proyectos, sino de voluntad política, persistencia y compromiso.
La falta de voluntad política también se ha manifestado en la gestión del agua en el Estado de México. La falta de inversión y planificación para la distribución del agua ha creado una profunda problemática para los habitantes mexiquenses, quienes enfrentan la escasez de este vital líquido. Además, las administraciones mexiquenses pasadas y actuales han mostrado una falta de interés e insensibilidad para resolver el problema del desabasto de agua y la contaminación del río Lerma, lo que genera desigualdad y exclusión.
En este contexto, la promesa de limpiar el río Lerma hecha por la candidata de “Va por el Estado de México” durante un debate electoral parece insólita e indignante. Los jóvenes militantes de la Cuarta Transformación señalan que el problema de fondo ya no es si tienen un proyecto o no, sino la credibilidad, el cinismo y la indolencia de la gente del PRI que gobierna y quiere seguir haciéndolo.
Es alentador escuchar que existen propuestas y acciones que pueden abordar el problema de la contaminación del río Lerma. Entre ellas se incluyen programas de concientización sobre el uso del agua, la promoción de la protección y fortalecimiento de bosques y agua, la captación de agua pluvial, la implementación de políticas públicas para el saneamiento, rescate y protección de ríos y cuerpos de agua.