Un grupo de mujeres de la sierra desafía los estereotipos de género al establecer su propia carpintería
En la sierra de Guerrero, en la comunidad de San Antonio de las Tejas, un grupo de mujeres está haciendo historia al desafiar la violencia, inseguridad y machismo para abrir su taller Creaciones en Madera. Aunque también trabajan en las huertas de aguacate, durazno y pera junto a sus esposos, estas mujeres han encontrado en la carpintería un espacio de libertad y creación.
Ubicada a nueve horas del municipio de Coyuca de Catalán, en una zona en la que el grupo delincuencial La Familia Michoacana intenta tomar control de las tierras ricas en recursos naturales, agua y madera, estas mujeres están determinadas a hacer realidad su proyecto. La maquinaria para su taller la obtuvieron gracias a la Comisión Nacional Forestal y al apoyo de los ejidatarios, que al principio se mostraron inseguros de que pudieran sacar el proyecto adelante.
El objetivo de las mujeres es producir para vender y tener un recurso extra para apoyar a sus hogares. A pesar de las dificultades, las trabajadoras están decididas a hacer que este proyecto funcione y ya han creado una amplia variedad de manualidades pequeñas y figuras. Con la llegada de nueva maquinaria, esperan expandir su producción y llevar sus productos a lugares como Tecpan de Galeana, Acapulco y Chilpancingo.
Las mujeres de San Antonio de las Tejas trabajan con la madera que se produce en el ejido, aprovechando este recurso natural y comprometiéndose a utilizarlo de manera sostenible. Para ellas, el trabajo en el taller es una liberación de las labores tradicionales del hogar y una oportunidad de aprender nuevas habilidades. Algunas de las trabajadoras son viudas o solas, pero el trabajo las une y les permite ganar dinero extra.
Aunque la vida en la sierra es pesada y el trabajo en el campo es exigente, estas mujeres están orgullosas de lo que han logrado. Muchas de ellas apenas han terminado la primaria, pero están aprendiendo a manejar las máquinas y a crear nuevas figuras. El taller también les da la oportunidad de apoyar a otras mujeres que no han tenido la oportunidad de unirse a proyectos similares.
En la comunidad de San Antonio de las Tejas, el apoyo mutuo es fundamental. La dueña de la única tienda del pueblo sólo vende mezcal para apoyar a los productores locales, y las mujeres están decididas a seguir adelante con su proyecto a pesar de las dificultades. A través del trabajo en su taller, estas mujeres están demostrando que la creatividad y el espíritu emprendedor pueden florecer incluso en las circunstancias más difíciles.