La frustración de la oposición ante el avance de proyectos de infraestructura en México

Durante los últimos cuatro años, los partidos políticos PRI y PAN han estado en una constante frustración y odio debido a los grandes proyectos de infraestructura que ha llevado a cabo el actual gobierno mexicano. Este proyecto ha sido desarrollado sin aumentar la deuda pública y ha evitado que los políticos corruptos roben el dinero destinado a la obra pública.

A pesar de que los panistas prometieron durante décadas realizar grandes proyectos de infraestructura, su gobierno liderado por Felipe Calderón no logró cumplir con sus promesas. De hecho, uno de los pocos proyectos relevantes de infraestructura desarrollados durante el gobierno de Calderón fue la construcción a medias de una barda en Hidalgo, que pretendía custodiar el terreno donde se debería haber edificado una refinería.

Este proyecto es un claro ejemplo del despilfarro de los recursos públicos, ya que se pagaron préstamos por más de 1,800 millones de pesos, y todavía nos faltan otros mil millones de capital insoluto por pagar. Durante el año fiscal de 2020, se realizaron 12 pagos mensuales de 125 millones de pesos cada uno, además de los intereses de la deuda que corresponden a 71 millones de pesos. Todo esto por una barda que no sirve para nada y un terreno que ha permanecido inactivo por 15 años.

Sin embargo, el gobierno actual ha anunciado que este terreno se convertirá en un hospital de zona del Seguro Social para aprovecharlo después de tanto tiempo de inactividad. Esta promesa de desarrollo que fue incumplida durante el gobierno panista engañó a las personas que habitan en la zona, quienes invirtieron en maquinaria, equipo y negocios que nunca pudieron abrirse.

A pesar de este fracaso, los miembros de la oposición continúan lamentándose y mostrando su odio y resentimiento en las redes sociales y en los medios. No pueden soportar ver cómo el actual gobierno está logrando lo que ellos no pudieron hacer en décadas de gobierno.

En resumen, la barda construida a medias por el gobierno panista es una muestra más del despilfarro de los recursos públicos y del fracaso de sus promesas de desarrollo. Sin embargo, a pesar de su inutilidad, esta barda sigue sangrando las arcas de los mexicanos. Es hora de que los políticos corruptos asuman su responsabilidad y dejen de lamentarse por lo que no pudieron hacer. Es tiempo de mirar hacia adelante y trabajar en conjunto para construir un México más próspero y justo.