Tomás Yarrington condenado por corrupción
El ex gobernador de Tamaulipas Tomás Yarrington Ruvalcaba ha sido condenado a nueve años de prisión en Estados Unidos por aceptar sobornos por valor de más de 3,5 millones de dólares y utilizarlos para comprar propiedades fraudulentamente en ese país. Hace casi un año, Yarrington se declaró culpable de conspiración para cometer lavado de dinero y entregó millones de dólares, así como colaboró como informante de la fiscalía, lo que le permitió acceder a una pena reducida. Cuando cumpla su sentencia, será expulsado a México, donde existen acusaciones en su contra por narcotráfico y lavado de dinero.
Yarrington es uno de los muchos ex gobernadores tamaulipecos sospechosos o acusados de actividades delictivas y vínculos con el crimen organizado. Manuel Cavazos Lerma, su predecesor, fue investigado por nexos con cárteles, permitir el tráfico de armas y drogas, enriquecimiento ilícito mediante negocios inmobiliarios e incluso por una presunta participación en el asesinato del candidato a la gubernatura Rodolfo Torre Cantú, aunque nunca ha sido formalmente imputado. El sucesor de Yarrington, Eugenio Hernández Flores, estuvo preso entre 2017 y 2022 por enriquecimiento ilícito, operaciones con recursos de procedencia ilícita, entre otros, y actualmente enfrenta un proceso de extradición a Estados Unidos. El sustituto de Torre Cantú en la candidatura priísta de 2011, su hermano Egidio, también ha sido sospechoso de actividades ilícitas. La “alternancia” no ha llevado una limpieza a la vida pública de la entidad: el ex gobernador panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca ha sido investigado por defraudación fiscal equiparada, delincuencia organizada y operación con recursos de procedencia ilícita, y ha sido desaforado por la Cámara de Diputados.
Es importante que finalmente se haga justicia ante los ex gobernadores que han dañado el país con sus actos ilícitos. La condena de Yarrington debería inaugurar una época de colaboración binacional auténtica en materia de combate a la delincuencia, y marcar la ruta para avanzar en otros casos emblemáticos, como el del ex presidente Felipe Calderón, quien debe rendir cuentas por haber mantenido al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, a pesar de múltiples advertencias, al narcotraficante Genaro García Luna, pero también por su presunta participación en delitos electorales, corrupción y violaciones a la soberanía nacional. La cooperación binacional es ineludible para frenar y revertir la descomposición instalada en Tamaulipas y en el resto del país. La impunidad de los delincuentes enquistados en la clase política depende no solo de la descomposición del Poder Judicial o de la lentitud e ineficacia de agencias del Ministerio Público y fiscalías, sino también de la reticencia de Estados Unidos a proceder contra el tráfico de armas y el lavado de dinero.