México refuerza vigilancia sanitaria tras huracanes: OPS advierte sobre riesgos epidemiológicos
Ciudad de México.— Luego del paso de fenómenos meteorológicos como el huracán ‘Erick’, la atención del Gobierno de México se centra no sólo en la reconstrucción y apoyo a las comunidades afectadas, sino también en la prevención de enfermedades transmitidas por vectores, tal como recomienda la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Aunque inicialmente la destrucción de criaderos de mosquitos podría reducir temporalmente el riesgo de contagios, la situación epidemiológica puede cambiar rápidamente, por lo que se intensifica la vigilancia sanitaria en todo el país.

De acuerdo con el más reciente informe epidemiológico de la Dirección General de Epidemiología, correspondiente a la semana 24 (del 9 al 16 de junio), México ha confirmado 4 mil 265 casos de dengue. Esta cifra representa una disminución significativa frente a los más de 17 mil contagios registrados durante el mismo periodo de 2024, reflejo de una efectiva estrategia de control sanitario y prevención impulsada por las autoridades federales y estatales.
Los estados con mayor incidencia de casos confirmados son Tabasco, Jalisco, Guerrero, Tamaulipas y Veracruz. No obstante, es en Jalisco (837 casos), Veracruz (671), Michoacán (355), Guerrero (326) y Tamaulipas (294) donde se concentra el 58 por ciento de los contagios a nivel nacional. Esta distribución territorial ha permitido una respuesta focalizada por parte del sector salud, que se traduce en campañas de fumigación, eliminación de criaderos y promoción del autocuidado.
En cuanto a defunciones asociadas al dengue, se han confirmado 22 en todo el país. Guerrero y Sinaloa registran cinco muertes cada uno, mientras que Chiapas, Puebla y Quintana Roo reportan dos fallecimientos por entidad. Asimismo, con un deceso aparecen los estados de México, Michoacán, Morelos, Tabasco, Tamaulipas y Yucatán. Estos datos son analizados en tiempo real para reforzar los operativos de emergencia sanitaria en cada región.
La OPS ha subrayado que, tras un desastre natural, los factores de riesgo para enfermedades transmisibles aumentan debido a la interrupción de las actividades de control vectorial. Por ello, insta a los gobiernos a ejecutar sus planes de emergencia sanitaria y a no subestimar la proliferación de mosquitos que, aunque no transmitan enfermedades, representan una molestia significativa para la población y deben ser eliminados.
México, como parte de la región de América Latina y el Caribe, enfrenta riesgos específicos por enfermedades como malaria, enfermedad de Chagas, dengue y fiebre amarilla de la selva. En este contexto, la OPS ha recomendado a los Estados establecer planes de preparación para epidemias como parte integral de sus servicios de salud de urgencia, incorporándolos dentro de los planes nacionales de atención a desastres.
El Gobierno de México, comprometido con la salud pública, mantiene activos estos protocolos a través de la Secretaría de Salud y sus organismos, garantizando una respuesta rápida y coordinada para proteger a la población. Esta política de prevención y atención temprana es fundamental para evitar brotes epidémicos y salvaguardar la salud de millones de mexicanas y mexicanos.