Infraestructura bajo presión: UNAM advierte sobre riesgos climáticos en la capital

Ciudad de México.— La intensa tromba registrada el pasado lunes, que descargó 10 millones de metros cúbicos de agua en pocas horas, dejó al descubierto las limitaciones estructurales que enfrentan tanto la Ciudad de México como el Estado de México ante fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, advirtió la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El evento provocó más de 50 puntos de inundación y afectaciones en al menos 600 viviendas, evidenciando la urgencia de repensar la infraestructura urbana frente al cambio climático.

En su publicación especializada Global Revista, la UNAM subrayó que investigaciones desarrolladas por el Centro de Ciencias de la Atmósfera y el Instituto de Geofísica han demostrado el impacto de la expansión urbana descontrolada sobre el clima local. Uno de los efectos más alarmantes es el fenómeno conocido como “isla de calor”, que puede elevar la temperatura en zonas urbanas hasta 10 grados centígrados por encima de las áreas rurales. Este fenómeno altera directamente los patrones de precipitación, intensificando eventos como las lluvias torrenciales.

La máxima casa de estudios señaló que la pérdida progresiva de áreas verdes y cuerpos de agua ha exacerbado la frecuencia e intensidad de las lluvias en la región. Entre 2003 y 2006, la capital del país perdió el 12 por ciento de sus áreas verdes interurbanas, lo cual ha agravado los problemas de inundaciones y el calentamiento urbano. De continuar esta tendencia, se prevé que para 2050 las grandes ciudades mexicanas podrían calentarse hasta dos grados más que el promedio global, lo que incrementaría la probabilidad de enfrentar lluvias más intensas, olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos.

Frente a este escenario, la UNAM participa activamente en la investigación, gestión y mitigación de riesgos climáticos. A través de sistemas de monitoreo, modelos de predicción climática y protocolos de actuación, la universidad impulsa estrategias de resiliencia urbana que buscan enfrentar los retos actuales del clima.

Una de estas estrategias es la promoción de Zonas de Desarrollo Controlado, áreas en las que se limita el crecimiento urbano debido a su alta vulnerabilidad a inundaciones y deslizamientos. Estas zonas se determinan con base en modelos hidrológicos y geotécnicos diseñados por el Instituto de Ingeniería de la UNAM, lo que permite planificar con criterios científicos y de seguridad.

Además, la institución universitaria impulsa la implementación de infraestructura verde, como parques, jardines de infiltración y la conservación de bosques urbanos. Estas soluciones naturales no solo ayudan a regular el escurrimiento del agua y recargar los acuíferos, sino que también mejoran el microclima y reducen el efecto isla de calor.

Finalmente, la UNAM ha desarrollado plataformas tecnológicas como UNIATMOS y el Sistema de Información sobre Peligros y Riesgos, herramientas interactivas que permiten visualizar proyecciones climáticas, identificar zonas de riesgo y fomentar una cultura de protección civil entre la ciudadanía.

Con estas acciones, la UNAM reafirma su compromiso con la sustentabilidad, la ciencia y el bienestar social, ofreciendo soluciones concretas para enfrentar los desafíos del cambio climático en el corazón del país.