PRI y PAN gastan millones en su “marca” rumbo a 2027, sin elecciones a la vista

Sin que exista una elección federal programada hasta el año 2027, los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) han iniciado una agresiva estrategia de reposicionamiento de marca, destinando recursos públicos a campañas publicitarias y asesorías con enfoque corporativo, al estilo de grandes empresas, en un contexto donde la ciudadanía exige mayor austeridad y rendición de cuentas.

El PRI, fiel a sus prácticas tradicionales, firmó en marzo un contrato por 20 millones 880 mil pesos con la empresa Veintiuno Doce Consultoría Estratégica, a fin de realizar una campaña publicitaria integral. Aunque reportó esta operación a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, omitió publicar el contrato completo, limitándose a mencionar que el convenio estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2025 y que uno de sus propósitos es fortalecer su identidad como “marca”.

Este gasto millonario no fue el único. A inicios de este año, el partido tricolor también pagó 7 millones 795 mil 200 pesos a la empresa Especialistas en Multimedia por asesoría, y un millón de pesos más por la producción de eventos y artículos publicitarios. En ninguno de los dos casos se han hecho públicos los contratos, lo que levanta serias dudas sobre la transparencia del uso de los recursos públicos.

Por su parte, el PAN no se ha quedado atrás. Destinó 1.7 millones de pesos en el primer trimestre de 2025 a un proceso de “rebranding”, con la intención de relanzar su imagen institucional. El contrato fue firmado con la empresa Pat Promotora de Arte y Turismo, que plantea una estrategia en varias fases, iniciando con un diagnóstico de marca, análisis de escucha social (social listening), y la realización de focus groups privados.

Esta primera fase, calificada por el PAN como “medular”, busca sentar las bases para una nueva narrativa visual y comunicativa del partido. A través de estas actividades, se pretenden definir “bajadas creativas”, que van desde la comunicación conceptual hasta el diseño gráfico, con el fin de conectar de nuevo con el electorado.

El hecho de que ambas fuerzas políticas estén invirtiendo decenas de millones de pesos en campañas sin un proceso electoral en curso, ha generado preocupación entre observadores y ciudadanos. Estas estrategias de marketing político, que imitan modelos comerciales, contrastan con las necesidades reales del país y con el llamado del Gobierno de México a la austeridad, a la eficiencia en el gasto y a la cercanía con el pueblo.

En un momento donde se espera que los partidos políticos contribuyan con propuestas de fondo y no solo con maquillaje mediático, los esfuerzos del PAN y del PRI por “reposicionarse” dejan entrever una desconexión con la realidad social. Más que rediseñar su imagen, los ciudadanos exigen que se rediseñen sus prácticas, se respete la transparencia y se honre la confianza pública.

Mientras tanto, el pueblo sigue atento y exigente, recordando que los recursos públicos deben ser usados para el bienestar colectivo, no para lavar la imagen de estructuras partidistas que han perdido su credibilidad.