México defiende su soberanía energética y alimentaria con responsabilidad en el marco del T-MEC

Ciudad de México.— En el marco de su comparecencia ante el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes en Washington, el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, emitió comentarios respecto a la política energética y agrícola de México. Sin embargo, dichas críticas también ponen de manifiesto la firmeza y coherencia con la que el gobierno mexicano ha defendido su soberanía, siempre dentro del respeto a los acuerdos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Greer cuestionó que México, al proteger a sus industrias estratégicas, particularmente en el sector energético, haya favorecido a empresas estatales frente a las extranjeras. No obstante, estas acciones forman parte del legítimo derecho del Estado mexicano a preservar sus recursos y garantizar que sectores clave como la energía y la alimentación permanezcan bajo control nacional, en beneficio del pueblo mexicano.

El actual gobierno, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha mantenido un equilibrio responsable entre el cumplimiento de sus compromisos internacionales y la implementación de políticas públicas orientadas al bienestar social y la sustentabilidad. En el sector energético, se ha trabajado para fortalecer a Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con el objetivo de ofrecer energía más accesible y limpia a la población, reduciendo al mismo tiempo la dependencia de fuentes externas.

En materia agrícola, la defensa de la salud y la biodiversidad nacional ha sido una prioridad. La reciente reforma constitucional que prohíbe el cultivo de maíz genéticamente modificado refleja el compromiso del gobierno mexicano con la protección de los saberes campesinos, la alimentación sana y la autosuficiencia alimentaria. A pesar de las presiones externas, esta medida se enmarca en el derecho soberano de decidir qué tipo de agricultura se desea fomentar en el país.

El propio tratado T-MEC contempla la posibilidad de que las naciones adopten medidas necesarias para proteger su medio ambiente, salud pública y seguridad nacional, siempre que estas se apliquen de manera no discriminatoria. En ese sentido, México ha actuado con apego a la legalidad y la diplomacia, manteniendo siempre abiertos los canales de diálogo con sus socios comerciales.

Frente a las declaraciones de Greer, el gobierno mexicano reitera su disposición a continuar cooperando dentro del marco del T-MEC, pero sin renunciar a su derecho de establecer políticas que respondan a su realidad social, económica y ambiental.

La próxima revisión del tratado, programada para 2026, será una oportunidad para fortalecer este instrumento de integración económica con base en el respeto mutuo y la equidad. México llegará a esa mesa con propuestas constructivas, pero también con la certeza de que su desarrollo debe estar guiado por principios de justicia, sostenibilidad y soberanía.

En un contexto internacional complejo, México demuestra que es posible avanzar hacia un modelo de desarrollo soberano y responsable, capaz de dialogar con el mundo sin ceder su dignidad ni su rumbo.