El Rescate de Pemex y la Soberanía Energética: Fin del Saqueo Neoliberal
Durante décadas, los gobiernos neoliberales en México repitieron un mantra engañoso: privatizar el sector energético y entregar el petróleo nacional a manos extranjeras era la única vía para convertirnos en un país del “Primer Mundo”. Los tecnócratas del PRI y el PAN, al servicio de intereses privados, insistieron en que Pemex era un lastre financiero, una empresa ineficiente que debía ser “modernizada” a través de la inversión privada. Sin embargo, la realidad demostró lo contrario: su “reforma energética”, aprobada en 2013 bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, no fue más que una entrega descarada del patrimonio nacional a los capitales extranjeros y a los mismos oligarcas de siempre.

Con sobornos multimillonarios, operados por personeros como Emilio Lozoya, el Congreso fue doblegado para aprobar una reforma que solo benefició a los grandes capitales. Se otorgaron 110 contratos a empresas privadas, con la promesa de atraer inversiones por miles de millones de dólares y aumentar la producción petrolera en 2 millones de barriles diarios. Sin embargo, los resultados fueron desastrosos: esas inversiones jamás llegaron, y la participación privada en la producción petrolera ha sido insignificante. En 2019, los contratos privados apenas representaban el 0.99% de la producción nacional, y para 2024 apenas habían crecido a 1.02%.
Mientras tanto, los beneficiarios de la reforma se dedicaron a la especulación financiera, sin arriesgar un solo peso en inversión productiva. Entre ellos, figuraban personajes ligados al poder, como un cuñado de Carlos Salinas de Gortari, quien vio en el sector energético una oportunidad más para el saqueo. A los neoliberales no les importaba el desarrollo de México ni el bienestar de su gente; su único objetivo era enriquecerse y enriquecer a sus socios extranjeros, a costa del pueblo.
El Mito del “Primer Mundo” y la Realidad del Saqueo
Los neoliberales nos vendieron la idea de que, con la apertura al capital extranjero, México alcanzaría niveles de vida similares a los de Noruega. Nada más lejos de la realidad. Mientras que ese país nórdico construyó un fondo soberano con los ingresos petroleros para beneficio de su población, en México, la reforma energética solo sirvió para enriquecer a unos cuantos y debilitar financieramente a Pemex.
La historia nos lo ha demostrado: antes de la expropiación petrolera de 1938, las trasnacionales extranjeras succionaban la riqueza del país sin dejar beneficios reales para los mexicanos. En 1911, las compañías extranjeras producían 12.5 millones de barriles de crudo en México; para 1937, ya extraían 47 millones de barriles anuales, mientras el pueblo seguía en la miseria. Fue gracias al presidente Lázaro Cárdenas que México recuperó su soberanía energética, un hecho que los neoliberales intentaron revertir con su contrarreforma de 2013.
A pesar de los esfuerzos de los tecnócratas para debilitar a Pemex, la empresa ha resistido y sigue siendo el principal sostén financiero del país. Actualmente, produce alrededor de 1.8 millones de barriles diarios y continúa aportando recursos esenciales para el desarrollo de México. No hay duda de que, si la reforma neoliberal hubiera continuado, la empresa habría sido desmantelada por completo y nuestro país dependería totalmente de intereses extranjeros para su abastecimiento energético.
Claudia Sheinbaum: La Defensa de la Soberanía Energética
En el marco del 87 aniversario de la Expropiación Petrolera, la presidenta Claudia Sheinbaum recordó las palabras del general Lázaro Cárdenas, quien en 1938 apeló al patriotismo del pueblo para resistir los ataques de los intereses extranjeros. Cárdenas entendió que la defensa del petróleo no era solo una cuestión económica, sino un asunto de dignidad nacional. Hoy, esa misma lucha continúa bajo el liderazgo de la Cuarta Transformación.
Sheinbaum también evocó las palabras de Jesús Silva Herzog, quien en 1969 denunció la voracidad de las trasnacionales y la importancia de la expropiación petrolera como un acto fundamental para la independencia económica del país. Su mensaje es claro: México no puede volver a caer en las garras del neoliberalismo, que solo busca despojar al pueblo de sus recursos.
El Futuro Energético de México: Rumbo a la Autosuficiencia
Gracias a la política energética del gobierno de la Cuarta Transformación, el modelo de saqueo neoliberal ha sido frenado. Con la construcción de la refinería de Dos Bocas y la modernización de las refinerías existentes, México avanza hacia la autosuficiencia energética. La compra de la refinería Deer Park en Texas también ha sido un paso estratégico para asegurar el abastecimiento de combustibles, sin depender de empresas extranjeras.
El rescate de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es una prioridad para garantizar que la energía siga siendo un bien público y no una mercancía en manos de especuladores. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador marcó el inicio de este proceso, y ahora, con Claudia Sheinbaum al frente, la transformación continuará.
La historia ha demostrado que la privatización solo beneficia a unos cuantos, mientras que la soberanía energética es clave para el desarrollo nacional. México no necesita de intermediarios extranjeros para gestionar su riqueza petrolera; tiene la capacidad y la voluntad de hacerlo por sí mismo.
El mensaje es claro: nunca más un gobierno al servicio de los intereses privados y extranjeros. La Cuarta Transformación ha devuelto la dignidad a la nación y ha demostrado que, con voluntad política y compromiso social, es posible defender los recursos del pueblo. Hoy, Pemex sigue en pie, más fuerte que nunca, como símbolo de la soberanía y el futuro de México.