Fobaproa: Una deuda que sigue pesando en México

A tres décadas de la crisis financiera de 1994-1995, México sigue arrastrando una deuda colosal de más de un billón de pesos, consecuencia de la decisión del entonces presidente Ernesto Zedillo de convertir deuda privada en pública. Así lo advirtió el diputado federal de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, durante su participación en el seminario “30 años de la crisis financiera de 1994-1995”, organizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

El legislador destacó que, hasta la fecha, el país ha pagado aproximadamente 1.3 billones de pesos para saldar esta deuda, y aún restan 1 billón 2 mil 517.9 millones de pesos para el 2025. “Es una sangría y un golpe financiero para la estabilidad y la economía del país”, subrayó Ramírez Cuéllar, refiriéndose al impacto que año tras año supone este compromiso en las finanzas públicas.

El origen de esta carga financiera se remonta al mandato de Zedillo, quien impulsó una iniciativa para enfrentar la crisis bancaria mediante la creación del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), sustituto del Fobaproa. En su momento, se estableció que los pagarés asociados a este rescate serían considerados deuda pública, lo que desató una gran controversia nacional.

Ramírez Cuéllar recordó que, en diciembre de 1998, legisladores del PRI y PAN respaldaron la decisión de transformar en deuda pública los 500 mil millones de pesos que representaban los pagarés del Fobaproa. Esta medida, lejos de resolverse en el corto plazo, continúa generando un enorme costo para el país, con montos anuales que superan los 20 o 30 mil millones de pesos en el presupuesto federal.

Por su parte, el académico del Colegio de México y ex subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, analizó la crisis de 1994-1995, aclarando que no fue producto de un solo “error de diciembre”, sino de una serie de factores económicos y políticos. Entre ellos, mencionó el alza de tasas de interés en Estados Unidos, el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y la insistencia del gobierno en evitar la devaluación del peso, lo que llevó a la emisión masiva de tesobonos.

Estos instrumentos financieros, diseñados para atraer inversión extranjera con altos rendimientos, acabaron por agotar las reservas internacionales del país, generando una crisis de confianza que precipitó la debacle económica. Esquivel explicó que el rescate internacional liderado por el Fondo Monetario Internacional y el gobierno de Estados Unidos evitó una moratoria aún más devastadora para México.

A tres décadas de aquella crisis, sus efectos siguen impactando las finanzas nacionales. La decisión de convertir deuda privada en pública, avalada por el PRI y el PAN en su momento, representa hoy un obstáculo financiero para el país. Mientras el gobierno actual busca fortalecer la economía y la estabilidad financiera, el peso del Fobaproa sigue siendo una herencia costosa que los mexicanos continúan pagando año con año.