Estados Unidos analiza aranceles: impacto económico y negociaciones en puerta

Ciudad de México. En un giro que podría redefinir las relaciones comerciales entre México, Canadá y Estados Unidos, el gobierno estadounidense retrasará hasta el 1 de abril la decisión de imponer aranceles del 25 por ciento a las importaciones provenientes de México y Canadá, según un informe publicado por la calificadora Moody’s. Aunque el presidente Donald Trump había planteado la implementación para el 1 de febrero, esta pausa abre la posibilidad de negociaciones que podrían evitar una medida de gran alcance.

De acuerdo con Moody’s, los aranceles y las posibles represalias comerciales entre los países involucrados impactarían flujos comerciales valorados en aproximadamente 740 mil millones de dólares. Este intercambio económico es vital para la economía mexicana, ya que las exportaciones a Estados Unidos representan cerca del 30 por ciento del producto interno bruto (PIB) de México, mientras que las exportaciones estadounidenses hacia México solo equivalen al 1.2 por ciento del PIB de Estados Unidos.

La calificadora señaló que no está garantizado que estos aranceles lleguen a implementarse, pues podrían ser utilizados como una estrategia de presión de cara a la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Moody’s considera que, de imponerse, estas tarifas podrían ser de corta duración o limitarse a ciertos sectores, lo que deja espacio para la negociación y la búsqueda de exenciones.

Impacto comercial y sectorial

El informe también advierte que los aranceles podrían repercutir profundamente en sectores clave como el manufacturero, automotriz y tecnológico, que dependen de cadenas de suministro integradas entre México y Estados Unidos. No obstante, el comercio minorista, con un enfoque más interno, tendría efectos menos pronunciados.

Además, Moody’s alertó que la imposición de estos aranceles conllevaría una depreciación del peso mexicano, lo que incrementaría la inflación en el país y limitaría la capacidad de las autoridades mexicanas para implementar políticas monetarias flexibles. Esta presión inflacionaria podría agravarse si México opta por imponer aranceles de represalia a los productos estadounidenses, lo que complicaría los esfuerzos nacionales por reducir el déficit fiscal y deterioraría el perfil crediticio soberano del país.

Pese a este panorama, la depreciación del peso podría beneficiar al sector turístico, haciendo a México más atractivo para los viajeros estadounidenses, quienes representaron en 2023 cerca del 69 por ciento de los ingresos turísticos internacionales. Sin embargo, Moody’s aclaró que este efecto positivo sería insuficiente para contrarrestar las afectaciones en otros sectores económicos.

Precedentes y posibles escenarios

El informe recordó que en 2019 Donald Trump amenazó con un arancel del 5 por ciento a las importaciones mexicanas, medida que finalmente no se concretó luego de que México aceptara implementar el programa “Quédate en México”. Este antecedente demuestra que las amenazas arancelarias han sido utilizadas como herramienta para presionar políticamente a México en el pasado.

Para México, los aranceles serían un golpe significativo a nivel macroeconómico y sectorial, ya que más del 80 por ciento de sus exportaciones tienen como destino Estados Unidos. Aunque existen escenarios en los que los aranceles no se implementen o se negocien exenciones, la incertidumbre ya genera preocupación sobre el futuro de las relaciones comerciales en la región.

Esta situación evidencia la importancia de mantener un diálogo abierto y firme entre ambos gobiernos, priorizando los acuerdos que protejan las economías de los tres países involucrados en el T-MEC.