Sheinbaum impulsa estrategia para reducir el precio de la tortilla
En un esfuerzo por proteger la economía de las familias mexicanas, la presidenta Claudia Sheinbaum ha ordenado la implementación de una estrategia integral para estabilizar y reducir el precio de la tortilla, alimento esencial en la dieta de más del 90 por ciento de los hogares en el país. Este compromiso busca contrarrestar el aumento desmedido que ha experimentado este producto en los últimos cuatro años.
De acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), el kilogramo de tortilla ha pasado de costar 15.54 pesos en diciembre de 2020 a un promedio de 23.17 pesos en la actualidad, lo que representa un incremento de 49.1 por ciento. Este aumento afecta directamente a millones de familias, ya que, según la UNAM, cada mexicano consume en promedio 75 kilos de tortilla al año.
Diagnóstico del problema
El encarecimiento de la tortilla se atribuye a diversos factores: el alza en los precios de insumos clave como el maíz, la electricidad y el gas; los efectos de la sequía en la producción nacional; y la competencia desleal en el mercado. A ello se suma la influencia de grandes empresas en el sector harinero, como Maseca, que controla más del 70 por ciento del mercado, seguida de Minsa con un 25 por ciento. Estas corporaciones tienen un impacto determinante en el precio final al consumidor.
En 2022, durante el mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador, se señaló directamente a Maseca como responsable de los incrementos debido a sus prácticas comerciales. Ricardo Sheffield, entonces titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, denunció que la empresa mantenía precios altos independientemente de las fluctuaciones en el costo del maíz.
Plan de acción del nuevo gobierno
Consciente de la importancia de la tortilla para la población, la presidenta Claudia Sheinbaum ha puesto en marcha un plan estratégico liderado por Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural. Este plan busca estabilizar el precio del kilogramo de tortilla y reducirlo en al menos un 10 por ciento durante el actual sexenio.
El gobierno trabaja de manera coordinada con productores de maíz, fabricantes de harina y tortillerías para identificar soluciones que contrarresten los altos costos. Además, se busca fomentar una mayor competencia en el sector para disminuir la influencia de los grandes monopolios y garantizar precios más accesibles.
El impacto social
El alto consumo de tortillas en el país es un reflejo de su relevancia cultural y alimentaria. Un estudio del Laboratorio de Datos contra la Obesidad destaca que el 84.9 por ciento de los hogares mexicanos consume este producto diariamente. Por ello, el control de su precio no sólo es una medida económica, sino un acto de justicia social que protege la calidad de vida de las familias mexicanas.
Con esta estrategia, la administración de Claudia Sheinbaum refuerza su compromiso de poner a las familias en el centro de las políticas públicas, asegurando el acceso a un alimento básico que, además de ser un símbolo de la identidad nacional, es esencial para la alimentación diaria de millones de mexicanos.