Trump propone anexar a México y Canadá como estados 51 y 52

En una polémica declaración, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que su país subsidia a México con una cifra cercana a los 300 mil millones de dólares anuales y a Canadá con más de 100 mil millones de dólares. Durante una entrevista televisiva, sugirió que, en lugar de continuar con estos apoyos económicos, ambos países podrían convertirse en los estados 51 y 52 de la Unión Americana. La propuesta, aunque presentada en un tono desafiante, refleja la postura proteccionista que ha caracterizado al mandatario electo desde su campaña de 2024.
“Estamos subvencionando a Canadá por una suma de más de 100 mil millones de dólares al año. Estamos subvencionando a México por casi 300 mil millones de dólares. No deberíamos… ¿Por qué subvencionamos a estos países? Si vamos a subvencionarlos, que se conviertan en un estado”, declaró Trump en la entrevista.
Estas afirmaciones se enmarcan en su ya conocida intención de imponer aranceles del 25% a todos los bienes importados desde México y Canadá. La medida, que según sus palabras entraría en vigor el primer día de su mandato en enero, se condiciona a que ambos países detengan de manera satisfactoria la inmigración indocumentada y el tráfico de drogas ilegales, entre ellas el fentanilo. La presión sobre México y Canadá se intensifica con esta amenaza arancelaria, mientras Trump mantiene una postura firme y poco conciliadora.
A pesar de su aparente determinación, Trump reconoció por primera vez que no puede garantizar que estas medidas no encarecerán los precios para los consumidores estadounidenses. “No puedo garantizar nada. No puedo garantizar el mañana”, admitió durante la entrevista con NBC News. Esta declaración contrasta con su retórica de campaña, en la que aseguraba que su política comercial sería la solución para frenar la inflación en Estados Unidos. Sin embargo, Trump insistió en que los aranceles “nos van a hacer ricos”, defendiendo su postura proteccionista contra las críticas de economistas y empresarios.
Además de México y Canadá, Trump tiene en la mira a China, a quien también amenazó con aranceles adicionales para presionar a su gobierno a tomar medidas más drásticas contra la producción de fentanilo. La lucha contra esta droga se ha convertido en uno de los temas prioritarios en su agenda, responsabilizando a México y China por el flujo de opioides sintéticos hacia Estados Unidos.
Por otra parte, el presidente electo dejó en claro que no planea destituir a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed). Aunque en el pasado criticó sus políticas monetarias, Trump afirmó: “No, no lo creo”, al ser cuestionado sobre la posibilidad de reemplazar a Powell. Añadió que, aunque podría pedirle que renuncie, no cree que lo haga. Esta declaración viene después de que Powell asegurara que no abandonaría su cargo antes del final de su mandato, incluso si Trump le pidiera hacerlo, argumentando que tal destitución no está permitida por la ley.
Las declaraciones de Trump reflejan una mezcla de pragmatismo y desafío. Aunque su tono se suavizó ligeramente respecto a sus promesas de campaña, su enfoque sigue siendo claro: implementar medidas proteccionistas para favorecer la economía estadounidense, sin importar las implicaciones diplomáticas o comerciales con sus socios más cercanos.
Esta posición podría generar tensiones con México y Canadá, quienes son pilares fundamentales del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Sin embargo, la administración entrante parece decidida a imponer su visión de una economía más “justa” y con “terreno nivelado”, en palabras del propio Trump. Resta por ver si estas amenazas se concretarán y qué impacto tendrán en las relaciones bilaterales y en el comercio internacional.