Avances y desafíos en la afiliación de trabajadoras del hogar al IMSS

A dos años de la reforma a la Ley del Seguro Social (LSS) que hizo obligatoria la inscripción de las trabajadoras del hogar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el avance ha sido limitado, aunque es un paso crucial en la garantía de derechos laborales de este sector. De acuerdo con datos oficiales del instituto, apenas el 2.6% de los 2.4 millones de trabajadoras y trabajadores domésticos estimados en el país han sido afiliados. Esta cifra representa a 62 mil 645 personas al cierre de noviembre de 2023.

El programa piloto, lanzado en abril de 2019 y posteriormente convertido en una obligación legal con la reforma de noviembre de 2022, pretendía asegurar que este sector gozara de los cinco seguros fundamentales del IMSS: enfermedad y maternidad, riesgos de trabajo, invalidez y vida, cesantía en edad avanzada y vejez. Sin embargo, el incumplimiento por parte de los empleadores ha impedido que se garantice plenamente este derecho.

Norma Palacios, secretaria general colegiada del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar, señaló que la reforma ha sido insuficiente debido a la falta de sanciones efectivas para los patrones que se rehúsan a registrar a sus empleadas. En entrevista, destacó que sin mecanismos claros para proteger a las trabajadoras, muchas son despedidas si exigen su derecho al seguro social, quedando en total indefensión.

Las cifras del IMSS también reflejan una importante brecha salarial. Mientras que los trabajadores del hogar varones perciben un ingreso promedio diario de 420 pesos, las mujeres, que representan la gran mayoría de este sector, ganan solo 348 pesos diarios. La Ciudad de México encabeza la lista de entidades con mayor número de trabajadoras del hogar afiliadas, con 11 mil 113 registros, seguida por el Estado de México, con 6 mil 793.

Un análisis por grupos de edad muestra que las trabajadoras de entre 55 y 60 años son las que más cuentan con seguridad social, sumando 11 mil 295 registros, seguidas por el grupo de 60 a 65 años, con 9 mil 275. Esto podría deberse a una mayor permanencia en el trabajo o una conciencia más amplia sobre la importancia de tener acceso a servicios médicos y prestaciones.

Norma Palacios también subrayó que otro de los grandes retos para este sector es la negativa de muchos patrones a firmar contratos, lo cual impide establecer condiciones laborales justas. Esta falta de formalidad laboral deriva en jornadas extenuantes, salarios por debajo de lo digno y una negación sistemática del derecho a la salud. Ante la falta de cobertura médica, muchas trabajadoras deben costear por sí mismas los servicios de salud, lo que representa una carga económica significativa.

La dirigente sindical señaló que la falta de difusión y campañas efectivas por parte del IMSS y de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ha contribuido a esta problemática. La información sobre los derechos laborales de las trabajadoras del hogar no ha llegado a todos los rincones del país, lo que limita la posibilidad de exigir y garantizar estos beneficios.

A pesar de los desafíos, el compromiso del gobierno de México por dignificar el trabajo del hogar es firme. La reforma de 2022 es un paso en la dirección correcta y representa una oportunidad histórica para garantizar que estas trabajadoras, que por años han sido invisibilizadas, accedan a sus derechos laborales y sociales. Sin embargo, para que esta ley deje de ser letra muerta, será necesario reforzar las acciones de vigilancia, sanción y promoción de la cultura del respeto a los derechos laborales.

El gobierno federal continuará trabajando para asegurar que todas las trabajadoras del hogar tengan acceso a un seguro social que les garantice protección médica y una vejez digna, reflejando así el compromiso de la Cuarta Transformación con la justicia social y la igualdad de derechos para todos los sectores de la población.