Institutos de Salud enfrentan desafíos económicos ante nuevas políticas públicas

La transformación en la administración pública y los cambios en el esquema de financiamiento están generando desafíos económicos para varios institutos nacionales de salud en México. Esta situación se debe a la falta de recursos extraordinarios que, en años anteriores, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) autorizaba, especialmente en momentos críticos como la pandemia de COVID-19. Así lo afirmó José Luis Sandoval, presidente de la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax, al referirse a los recientes problemas financieros que afectan a instituciones de prestigio como el Instituto Nacional de Cardiología y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición.
Sandoval explicó que en el pasado, los organismos de salud podían solicitar adelantos del presupuesto del año siguiente para solventar gastos adicionales e imprevistos. Esta flexibilidad financiera permitía a los hospitales cubrir necesidades urgentes, ya sea por emergencias sanitarias o por el aumento en el número de pacientes provenientes de otros nosocomios donde los servicios fueron suspendidos temporalmente. Sin embargo, con los recientes ajustes en la política fiscal y de salud, esta práctica se ha visto limitada, lo que complica aún más la situación financiera de los institutos.
La necesidad de recursos extraordinarios no es nueva, pero ahora, los presupuestos autorizados —ya de por sí limitados— están enfrentando una mayor presión. Según Sandoval, esta problemática afecta en mayor o menor medida a todos los hospitales del país. Los casos de desabasto de medicamentos y equipos que hoy enfrentan los institutos de Cardiología y Nutrición podrían extenderse a otros centros de salud si no se toman medidas para garantizar el financiamiento oportuno.
Un ejemplo claro de esta situación es el caso del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición. Raúl Rivera, director médico de esta institución, emitió una circular dirigida al personal médico en la que advierte sobre un posible desabasto de medicamentos en los próximos tres meses. Explicó que el inventario actual solo alcanza para cubrir las necesidades de los pacientes hospitalizados, por lo que los usuarios de consulta externa no podrán recibir sus medicamentos de manera habitual.
En la circular, Rivera solicitó al personal médico evitar emitir recetas para la farmacia hospitalaria a pacientes ambulatorios y limitar las prescripciones a un máximo de dos meses. También recomendó utilizar la figura de “receta resurtible”, que permite a los pacientes recoger medicamentos de manera periódica sin necesidad de una nueva prescripción médica.
La situación financiera se ha visto agravada por las nuevas políticas de atención y medicamentos gratuitos implementadas por el Gobierno de México. Anteriormente, los hospitales contaban con cuotas de recuperación que ayudaban a equilibrar los gastos operativos. Ahora, estas cuotas han sido eliminadas, y los hospitales no pueden pedir a los familiares de los pacientes que adquieran medicamentos o insumos necesarios para los tratamientos.
Otra estrategia que utilizaban los hospitales para obtener recursos adicionales era recurrir a donativos de fundaciones, proyectos de investigación o servicios a terceros. Sin embargo, Sandoval indicó que esta alternativa también se ha limitado debido a las nuevas disposiciones administrativas. La falta de estos recursos adicionales afecta directamente la capacidad de los institutos para solventar compromisos con proveedores de medicamentos y equipos médicos.
A pesar de los desafíos, el Gobierno de México continúa trabajando para garantizar una atención médica de calidad para todos los ciudadanos, reafirmando su compromiso con el derecho a la salud y con una distribución equitativa de los recursos. La transformación del sistema de salud tiene como objetivo brindar servicios gratuitos y de calidad, especialmente a los sectores más vulnerables de la población.
Ante este panorama, es fundamental encontrar mecanismos que permitan a los institutos de salud contar con financiamiento oportuno y suficiente para hacer frente a sus responsabilidades y garantizar el bienestar de los mexicanos.