México refuerza acciones intersectoriales ante la mayor epidemia global de dengue

La epidemia de dengue más grande jamás registrada, con 13 millones de casos y más de 8,500 muertes en todo el mundo —casi el doble de los casos reportados en 2023—, ha encendido las alarmas de los sistemas de salud a nivel internacional. En este contexto, especialistas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) hicieron un llamado urgente a fortalecer las estrategias de control y prevención en México y en el resto del mundo.
Durante el webinario Dengue: conocimiento y prevención, se destacó la necesidad de acciones coordinadas entre sectores para enfrentar el crecimiento de esta enfermedad, impulsado por factores como el cambio climático, la urbanización acelerada y el aumento en la movilidad global. Estos fenómenos han facilitado la expansión del Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue, requiriendo medidas a mediano y largo plazo para frenar su propagación.
Eduardo Lazcano Ponce, director general del INSP, resaltó que ante la falta de una vacuna eficaz y tratamientos específicos, la prevención y el control de los brotes son esenciales para proteger a la población. “Los fenómenos extremos de El Niño y La Niña han provocado lluvias intensas y altas temperaturas, creando un ambiente ideal para la reproducción del mosquito y, por ende, para la transmisión del virus”, explicó. Además, subrayó que en los últimos 50 años, el aumento de la temperatura global ha incrementado el potencial de transmisión del Aedes aegypti en un 50%, cifra que podría aumentar aún más en las próximas décadas.
El especialista enfatizó que la respuesta a los brotes aislados ya no es suficiente. “Es urgente transitar hacia una programación integral y coordinada a largo plazo entre los sectores involucrados. Se necesita una política basada en evidencia, con un presupuesto asignado, para implementar estrategias efectivas de prevención, manejo, tratamiento y vigilancia”, añadió Lazcano Ponce.
En el encuentro se destacó que la planificación urbana debe integrar medidas preventivas contra el dengue como parte de una adaptación necesaria al cambio climático. Esto implica considerar tecnologías innovadoras en el control del mosquito que, aunque no garantizan una erradicación total de los brotes, sí pueden contribuir significativamente a su prevención.
Además, se hizo hincapié en que la participación comunitaria es un factor clave en la lucha contra el dengue. Iniciativas locales que promuevan cambios de comportamiento sostenibles pueden ayudar no sólo a prevenir el dengue, sino también otras enfermedades transmitidas por el mismo vector, como el chikungunya. La educación y concientización en las comunidades son esenciales para eliminar criaderos de mosquitos y reducir los riesgos de contagio.
La situación actual exige que los gobiernos adopten medidas intersectoriales que integren a los sectores de salud, medio ambiente y desarrollo urbano. Desde la limpieza de espacios públicos y eliminación de agua estancada, hasta campañas de información y participación activa de la ciudadanía, cada acción suma en el combate a esta amenaza global.
México, a través de sus instituciones de salud, continúa liderando esfuerzos para frenar la propagación del dengue y proteger a la población. La cooperación internacional y el compromiso local serán determinantes para enfrentar esta crisis de salud pública y garantizar un futuro más seguro frente a enfermedades emergentes y reemergentes.