Consternación en Sinaloa por asesinatos de líder ganadero y mando policiaco

El estado de Sinaloa se ha visto conmocionado tras el hallazgo del cuerpo de Ramón Alberto Velázquez Ontiveros, presidente de la Asociación Ganadera de Productores de Leche y Carne del municipio de San Ignacio, cuyo cadáver fue localizado la mañana de este miércoles en la comunidad de El Espinal, en el municipio de Elota. El líder ganadero, muy conocido en la región, fue hallado con signos de tortura y heridas de bala, lo que evidencia la brutalidad de su asesinato.

Junto al cuerpo de Velázquez Ontiveros se encontró una credencial de la Unión Ganadera Regional de Sinaloa y un mensaje escrito en un cartón, aunque no se han revelado los detalles del contenido. La noticia ha generado gran pesar en San Ignacio, especialmente entre los habitantes de La Labor, comunidad de origen del dirigente. Ramón Alberto Velázquez fue ratificado como presidente de la Asociación Ganadera apenas en febrero de este año, destacándose por su liderazgo y compromiso con los ganaderos de la región. Las circunstancias de su muerte han generado preocupación y exigencias de justicia por parte de la comunidad ganadera y de los pobladores, quienes piden a las autoridades una investigación profunda que esclarezca el crimen y lleve a los responsables ante la justicia.

Por otro lado, en Mazatlán, otro violento asesinato ocurrió la noche del martes. Un agente activo de la Policía Municipal, identificado preliminarmente como Benito V., fue ejecutado en el fraccionamiento San Marcos, ubicado en la zona norte de la ciudad. Benito V., integrante del grupo de policías en motocicleta conocido como Jaguar, fue abatido en la calle San Gerónimo, junto a una camioneta blanca. A pesar de la rápida llegada de paramédicos, el oficial ya no presentaba signos vitales al recibir los primeros auxilios.

La zona fue de inmediato acordonada por agentes de seguridad, y elementos de la fiscalía iniciaron el procesamiento de la escena para recabar pruebas. El asesinato de Benito V. representa un grave ataque contra la seguridad pública y ha provocado preocupación entre las fuerzas policiales y la ciudadanía de Mazatlán.

Estos asesinatos, ocurridos en tan corto lapso y bajo circunstancias igualmente violentas, han puesto en evidencia la compleja situación de seguridad que persiste en el estado de Sinaloa, afectando tanto a figuras destacadas de la comunidad como a agentes de seguridad pública. Los habitantes de San Ignacio y Mazatlán han expresado su indignación y temor ante estos hechos, mientras exigen a las autoridades de los tres niveles de gobierno que refuercen las acciones de seguridad y justicia para evitar que estos crímenes queden impunes.

En un contexto de violencia creciente, las comunidades afectadas esperan una respuesta efectiva y pronta por parte de las autoridades para restablecer la paz y dar certeza a la sociedad sinaloense.