México debe retomar liderazgo en debates fiscales internacionales: Ocampo
El economista José Antonio Ocampo, ex ministro de Finanzas de Colombia y ex secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), subrayó en entrevista con La Jornada la importancia de que México recupere su voz en los debates internacionales sobre tributación y política fiscal. Ocampo instó al gobierno de Claudia Sheinbaum a impulsar reformas fiscales que permitirían alcanzar los objetivos sociales de la actual administración, lo que además ayudaría a consolidar el liderazgo histórico de México en la región.
Ocampo, integrante de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT), argumentó que México debe emprender una reforma tributaria. “Tiene que hacer una reforma tributaria, porque si no, el recorte del gasto que tendría que hacer –dado el déficit tan alto que registra– sería muy complicado para el proyecto de gasto social del gobierno”, comentó el economista. Aunque la administración de Andrés Manuel López Obrador se concentró en hacer cumplir las obligaciones fiscales, no cambió las normas tributarias, lo que contribuye a que México mantenga una baja recaudación en comparación con otros países latinoamericanos.
El nivel de recaudación en México, de acuerdo con Ocampo, sigue siendo inferior al promedio de América Latina, especialmente frente a naciones como Brasil, Colombia y Chile. En este contexto, líderes del Grupo de los 20 (G-20), al cual México pertenece, han planteado la posibilidad de aplicar un impuesto mínimo global sobre las grandes fortunas. Esta propuesta, que cuenta con el apoyo de la ICRICT, establece que las élites deberían pagar al menos un 2% del valor de su riqueza en impuestos cada año. La iniciativa, sin embargo, no detalla el mecanismo de recaudación, por lo que cada país tendría que adaptar la medida en su contexto.
Para Ocampo, una opción relevante sería que cada país creara un registro exhaustivo de los activos financieros, propiedades y otros bienes de los individuos ricos dentro de su territorio, y que dicha información se compartiera internacionalmente. “Es muy importante que sea por beneficiario final”, explicó, subrayando que la transparencia fiscal debe centrarse en las personas detrás de las empresas.
Durante la entrevista, el economista expresó su expectativa de que México vuelva a ser protagonista en el escenario internacional. “Con Andrés Manuel López Obrador, México desapareció de la agenda. No había ninguna prioridad para las propuestas internacionales”, comentó. Para él, esto resulta contradictorio, ya que México ha tenido históricamente un papel destacado en temas tributarios a nivel regional. Incluso al interior de la ONU, México generó sorpresa al abstenerse de votar en una iniciativa sobre una convención tributaria en noviembre pasado, aunque meses después cambió su postura.
Ocampo también apuntó que, aunque Brasil ha intentado asumir el liderazgo en asuntos fiscales dentro del G-20, no puede ocupar el lugar que México debería desempeñar en América Latina. Además de la diferencia de idioma, Brasil tiene una visión de potencia regional que México no comparte, lo que, según él, debería permitir a México retomar su liderazgo natural en la región.
Finalmente, Ocampo hizo un llamado a la participación de México en la Plataforma Regional de Cooperación Tributaria, creada recientemente en Cartagena de Indias por Colombia, Chile y Brasil, un espacio que busca fomentar el diálogo entre los ministerios de Hacienda y Finanzas de la región. Para Ocampo, esta plataforma podría ser clave para el papel que México debería desempeñar bajo el liderazgo de Sheinbaum en el ámbito fiscal internacional.
Además, resaltó que los gobiernos progresistas de América Latina están promoviendo políticas sociales y de intervención económica. En este contexto, Ocampo enfatizó la necesidad de implementar un impuesto a los superricos como parte de estas propuestas, una medida que considera fundamental para construir una economía más justa y equitativa en la región.