San Cristóbal clama justicia para el padre Marcelo en emotivo altar de Día de Muertos
Entre velas, flores y oraciones, decenas de personas se congregaron anoche en la Plaza Catedral de San Cristóbal de las Casas para exigir justicia por el asesinato del sacerdote tsotsil Marcelo Pérez Pérez, ocurrido el pasado 20 de octubre. Al grito de “¡Justicia para el padre Marcelo!”, familiares, vecinos, activistas y personas cercanas a la diócesis se unieron para honrar su memoria y demandar respuestas contundentes de las autoridades ante este crimen.
El acto comenzó después de las 6 de la tarde, cuando habitantes de la colonia Maya, el barrio de Cuxtitali y otras comunidades de San Cristóbal se presentaron para construir un altar colectivo en memoria del padre Marcelo. Con velas, incienso, juncia (hojas de pino) y pan, colocaron la ofrenda frente a la cruz de la plaza central, creando un espacio donde los asistentes recordaron las contribuciones del sacerdote en la lucha por los derechos de los pueblos originarios, la defensa de la tierra y la paz en Chiapas.
“Venimos a decirle a la ciudadanía que Marcelo sigue vivo y a las autoridades municipales, estatales y federales que no estamos contentos ni convencidos de que el presunto autor material detenido sea el responsable”, expresó Martín López López, uno de los organizadores y habitante de la colonia Maya. “Consideramos que hay autores intelectuales que deben ser presentados ante la sociedad y sancionados”, añadió, reflejando el sentimiento de inconformidad de la comunidad.
Durante el homenaje, varios asistentes portaron cartulinas con mensajes que evidenciaban su pesar y enojo, destacando el cariño que los niños y familias tenían hacia el padre Marcelo. En palabras de Martín López, el sacerdote no solo fue un guía espiritual, sino también un aliado en la defensa de los humedales y en el respaldo a diversas causas sociales y ambientales. “Apoyó a todos los movimientos que tienen que ver con la lucha de la madre tierra, la defensa del territorio, los derechos humanos y los pueblos originarios”, señaló López.
La indignación ante el asesinato de Marcelo también ha cruzado fronteras. El Jubileo Ministerio de San Diego, California, y círculos de paz enviaron un mensaje expresando su consternación y solidaridad: “Sigues y seguirás vivo entre nosotros; sembraste la semilla que ahora se multiplica en miles de corazones. Quienes mataron tu cuerpo no lograron matar tu palabra; al contrario, ahora se replica y exigimos justicia”. Este mensaje resonó entre los presentes, quienes, al unísono, reafirmaron su compromiso de seguir luchando por la paz y la justicia en la región.
La Plaza Catedral también fue escenario de otro altar en memoria de 149 niños, niñas y adolescentes que perdieron la vida en Chiapas en los últimos seis años, una trágica realidad que, según denunciaron las organizaciones Melel Xojobal y la Red por los Derechos de las Infancias, se debe a la violencia que impera en el estado y a la falta de acciones efectivas por parte de las autoridades para proteger a la infancia.
En un comunicado, las organizaciones expresaron su repudio y exigieron justicia, señalando que la omisión de las autoridades ante la creciente violencia es responsable de esta dolorosa situación. La doble conmemoración en la Plaza Catedral fue un recordatorio de la urgencia por lograr un cambio en la seguridad y justicia para los habitantes de Chiapas.
La comunidad de San Cristóbal de las Casas, unida en dolor y solidaridad, espera que estas manifestaciones sirvan como un eco que las autoridades no puedan ignorar, y que el legado del padre Marcelo inspire a muchos a continuar su lucha en favor de los derechos humanos y la dignidad de los pueblos originarios.