Profepa refuerza inspección de árboles de Navidad importados para proteger ecosistemas mexicanos
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha lanzado un operativo exhaustivo para inspeccionar los más de 550 mil árboles de Navidad que llegarán a México en las próximas semanas, provenientes principalmente de Estados Unidos. El objetivo de esta iniciativa, que se extenderá hasta el 7 de diciembre, es mitigar riesgos fitosanitarios y proteger los ecosistemas forestales mexicanos de posibles plagas como insectos, ácaros y hongos patógenos que estos árboles podrían traer consigo.
Para llevar a cabo esta inspección, la Profepa ha establecido ocho puntos estratégicos de revisión en las fronteras de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, donde equipos especializados revisarán cada lote de árboles. Este esfuerzo responde a la importancia de proteger las cadenas de valor del sector forestal y agrícola del país, evitando el ingreso de especies contaminantes que puedan afectar a los recursos naturales de México.
En los últimos cinco años, las importaciones de árboles de Navidad se han mantenido en cifras cercanas a las 600 mil unidades anuales, cifra significativamente menor a los años de mayor ingreso, como el periodo de 2011 a 2014, cuando se alcanzaba un promedio de un millón de ejemplares al año. Esta tendencia a la baja responde en parte a una mayor promoción de la producción local de árboles, que no solo beneficia a las economías regionales, sino que también protege el medio ambiente y fomenta el uso sustentable de los recursos forestales.
México cuenta con una importante producción nacional de árboles de Navidad que se realiza de manera sustentable en comunidades como Villa del Carbón en el Estado de México, y en zonas de la Ciudad de México como las alcaldías Milpa Alta, Magdalena Contreras y Tlalpan. Estas áreas, manejadas por comunidades locales, cultivan especies de pino navideño, pino vikingo, pinabete, pino prieto, oyamel y cedro blanco bajo prácticas responsables que cuentan con certificaciones internacionales como la del Forest Stewardship Council (FSC). Estas certificaciones avalan que el manejo de los recursos forestales cumple con altos estándares ambientales y sociales.
El adquirir árboles de Navidad en estos sitios contribuye a una economía local que genera empleos y apoya a comunidades rurales, al tiempo que promueve una alternativa ecológica frente a los árboles artificiales. Aunque comúnmente se piensa que los árboles artificiales son una opción más amigable al medio ambiente debido a su durabilidad, su proceso de fabricación y desecho conlleva un fuerte impacto ambiental. Están compuestos de plásticos no biodegradables y en algunos casos contienen plomo y otras sustancias tóxicas que tardan cientos de años en degradarse. En cambio, un árbol natural, al finalizar su ciclo como adorno navideño, puede ser reciclado para convertirse en composta o fertilizante, retornando nutrientes al suelo y completando su ciclo de vida de manera sostenible.
Gracias a la labor de la Profepa, México está dando un paso importante hacia la protección de sus ecosistemas forestales, a la vez que impulsa una cultura de consumo responsable y sustentable durante la temporada decembrina. Este esfuerzo conjunto entre el Gobierno y las comunidades productoras representa un avance en la conservación ambiental y el apoyo a las economías locales, brindando a las familias mexicanas la opción de disfrutar de una Navidad más ecológica y solidaria.