La Colonia Maya: Dos Décadas de Lucha y Resistencia en Defensa de su Territorio

La colonia Maya, ubicada en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, se ha consolidado como un símbolo de resistencia comunitaria en México. Desde hace más de 20 años, sus habitantes han enfrentado a empresarios y autoridades para defender su territorio, convirtiéndose en un oasis de perseverancia y en una “piedra en el zapato” para quienes intentan imponer proyectos sin el consenso de la comunidad.

La primera gran confrontación de la colonia ocurrió en 1998, cuando los vecinos, liderados por el entonces presidente Pedro Pinacho, frenaron la instalación de una gasera promovida por el empresario Oscar Liévano. Durante 15 días, los colonos realizaron un plantón para impedir la instalación de tres tanques de gas en un terreno vecino, enfrentándose a amenazas y presiones, pero finalmente lograron su objetivo. Pedro Álvarez, vecino y participante de aquel movimiento, recordó la fuerza de la comunidad: “Bloqueamos las entradas y así logramos que se fueran”.

Poco después, el mismo empresario intentó construir un fraccionamiento de 268 viviendas, lo que detonó nuevamente la movilización de los colonos. Ante la presión de la comunidad, el proyecto se redujo a 60 casas, pero finalmente fue cancelado, en gran medida gracias a la construcción de una zanja de infiltración en los límites de la colonia, impidiendo así el acceso de maquinaria. Según Martín López López, otro de los líderes, esta zanja, que tiene capacidad para captar hasta 120 mil litros de agua, fue creada para evitar inundaciones y proteger el terreno.

La resistencia de la colonia Maya no sólo se limitó a las acciones comunitarias y políticas; también enfrentaron batallas legales. En respuesta a su lucha, Oscar Liévano presentó denuncias penales en contra de varios colonos, logrando que se emitieran órdenes de aprehensión por delitos como secuestro, pandillerismo y asociación delictuosa. Sin embargo, en julio de 2023, tras años de defensa y el apoyo de organizaciones como Amnistía Internacional, la Fiscalía General del Estado se desistió de la acción penal.

El respaldo de Amnistía Internacional fue fundamental para visibilizar el caso de la colonia Maya. La campaña #ProtestarNoEsUnCrimen, impulsada por AI, denunció la criminalización de los defensores del territorio en México y resaltó que la resistencia de la Maya no era un acto de desobediencia, sino un ejercicio de derechos comunitarios. Edith Olivares, directora ejecutiva de Amnistía Internacional en México, afirmó: “La Maya nos ha enseñado que defender el territorio se hace con y para la organización comunitaria”.

En 2022, la colonia Maya fue reconocida con el premio ambiental Mariano Abarca, otorgado por 230 organizaciones en reconocimiento a su defensa ambiental, siendo el primer proyecto urbano en recibir este galardón. Este reconocimiento fue celebrado junto al sacerdote Marcelo Pérez Pérez, quien acompañó la lucha de la colonia y fue asesinado el pasado 20 de octubre en San Cristóbal.

Hoy, la colonia Maya sigue defendiendo su lema, “La Maya existe porque resiste”, buscando ser un ejemplo de dignidad y autonomía. “Queremos ser como una lucecita… una piedra que incomode a las autoridades”, expresó Martín López, dejando claro que esta comunidad está decidida a proteger su territorio y a seguir inspirando a otros en la defensa de sus derechos.