Persistente violencia sexual afecta a mujeres migrantes en su paso por México

La crisis migratoria que atraviesa México y otros países de Centroamérica ha traído consigo un grave aumento en la violencia sexual contra mujeres migrantes, quienes constituyen el grupo más afectado en este fenómeno. Entre enero y agosto de 2024, Médicos Sin Fronteras (MSF) reportó que sus equipos en México realizaron 744 consultas de detección y tratamiento de violencia sexual, de las cuales el 93 por ciento correspondió a mujeres, según informó María Laura Chacón, coordinadora médica adjunta de MSF en México y Centroamérica.

La situación fue abordada en la presentación del corto animado Una y miles, que denuncia la violencia extrema a la que se enfrentan las mujeres migrantes. Chacón explicó que los casos de violencia sexual no solo ocurren en las rutas migratorias peligrosas, sino también en campamentos urbanos donde conviven migrantes y personas locales, lo que refleja un preocupante deterioro de las condiciones sociales en estos contextos.

En particular, Chacón destacó que en Tamaulipas, un estado fronterizo con alto flujo migratorio, se ha registrado una disminución de estos casos en meses recientes, aunque el panorama sigue siendo preocupante. Entre septiembre de 2023 y marzo de 2024, los equipos de MSF atendieron hasta 40 casos de violencia sexual en un solo mes, mientras que anteriormente se reportaban de cuatro a cinco incidentes en ese mismo lapso. Según Chacón, estos actos de violencia se han convertido en “mecanismos de intimidación” que buscan frenar o controlar el flujo de personas en las rutas migratorias.

Un aspecto alarmante que mencionó Chacón es que esta violencia no distingue edades, afectando tanto a mujeres adultas como a niñas y niños, quienes representan hasta el 10 por ciento de los casos de abuso atendidos por MSF en ciertos meses. La organización remarcó que muchos de estos incidentes no se denuncian, pues las víctimas temen acercarse a las autoridades, ya sea por miedo a represalias o por el riesgo de ser deportadas y perder así la oportunidad de seguir su ruta migratoria.

A esta problemática se suma la presencia de controles y cateos dactilares que, según MSF, se han vuelto un método de extorsión hacia las mujeres migrantes y sus familias. MSF denuncia que en muchos casos, las personas migrantes, en especial las mujeres, son obligadas a desnudarse y sometidas a registros invasivos de sus cuerpos, incluyendo sus genitales, sin su consentimiento. Esta práctica, que expone aún más a las personas a la violencia sexual y la humillación, se ha convertido en un elemento constante y perturbador en su trayecto.

La violencia sexual tiene un impacto devastador y duradero, subrayó Chacón, afectando la integridad física y emocional de las víctimas, muchas de las cuales no logran recibir atención médica o psicológica dentro de las primeras 72 horas posteriores a la agresión, tiempo crucial para su recuperación. Ramón Márquez, coordinador del proyecto del Centro de Atención Integral de MSF, lamentó esta situación y reiteró la urgencia de mejorar el acceso a servicios de apoyo en salud física y mental.

Frente a este panorama, MSF hace un llamado a las autoridades y a la sociedad en general para visibilizar y atender esta problemática con urgencia, ya que las mujeres migrantes continúan siendo víctimas de violencia extrema en su tránsito por México, enfrentando constantes amenazas a su integridad en un contexto migratorio cada vez más adverso.