Bertha Navarro, homenaje a una pionera del cine mexicano en el FICM
El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) rindió un merecido homenaje a una de las figuras más importantes del cine mexicano, la productora Bertha Navarro, otorgándole el prestigioso Premio El Ojo y develando una butaca con su nombre en la sala cuatro del Cinépolis Centro Histórico de Morelia. Con estos reconocimientos, el FICM celebra la trayectoria de una mujer que ha dejado una huella imborrable en la cinematografía nacional e internacional.
En un emotivo discurso, Navarro expresó su gratitud: “Gracias por tanto amor. Estoy muy emocionada, yo los necesito”, mientras desde el público alguien le gritaba con entusiasmo: “¡Y nosotros te necesitamos, Bertha!”. Este reconocimiento no solo resalta su labor como productora de grandes películas como Cabeza de Vaca y Cronos, sino también su papel como mentora y promotora del cine mexicano.
Navarro destacó la importancia del FICM como una plataforma para el cine nacional, asegurando que “es tan fundamental este festival que agradezco que sea una ventana para el cine nacional”. Además, reafirmó su compromiso con el séptimo arte: “Seguiré haciendo cine, y si no lo hago, siempre estaré por ahí con mis películas, ya que quiero que mis filmes se sigan viendo, especialmente por las nuevas generaciones”.
En conversación con La Jornada, Navarro reflexionó sobre la evolución del cine mexicano y defendió la calidad de las películas nacionales a lo largo de las décadas. A pesar de las dificultades en la exhibición, un problema que sigue afectando tanto en México como en el mundo, resaltó la robustez de la actual generación de cineastas mexicanos, quienes están logrando reconocimiento internacional. “El gran problema de nuestra filmografía, y creo que en el resto del mundo, es la exhibición”, comentó, subrayando la necesidad de impulsar espacios donde se pueda proyectar más cine mexicano.
Marina Stavenhagen, la nueva directora de la Cineteca Nacional, fue la encargada de presentar a Navarro, describiéndola como “incansable” y “visionaria” durante sus 50 años de carrera. Destacó la capacidad de la productora para ver más allá y siempre estar pensando en el futuro del cine mexicano.
Durante su intervención, Bertha Navarro también compartió recuerdos de sus primeros pasos en el cine, desde sus trabajos con Julio Pliego y Paul Leduc en los años sesenta y setenta, hasta sus proyectos más recientes. Narró cómo la década de los noventa fue especialmente fructífera para su carrera, cuando produjo Cabeza de Vaca, una coproducción con España, y conoció a Guillermo del Toro, con quien colaboraría en éxitos como Cronos, El espinazo del diablo y El laberinto del fauno. Sobre Del Toro, Navarro recordó que, aunque el director le pidió seguir siendo su productora, ella decidió enfocarse en apoyar a nuevos talentos del cine mexicano.
A sus más de 70 años, Navarro sigue activa y comprometida con nuevos proyectos. Entre ellos, destaca la próxima producción de Balas de plata, basada en la novela de Elmer Mendoza. Navarro se describió como una mujer incansable y luchadora, siempre dispuesta a desafiar los obstáculos.
Finalmente, la productora celebró el creciente papel de las mujeres en la industria cinematográfica, destacando la aparición de nuevas directoras y productoras que están contribuyendo a abrir más espacios en el cine. También expresó su esperanza de que, con la creación de nuevas sedes de la Cineteca Nacional en México, se logre una mayor exhibición del cine nacional, permitiendo a las nuevas generaciones redescubrir y valorar el cine mexicano más allá de las plataformas digitales.
Con este homenaje, Bertha Navarro reafirma su lugar como un pilar del cine mexicano, y su legado como una promotora incansable del talento nacional sigue creciendo, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.