Vecinos exigen justicia tras colapso de alberca en Acapulco

Residentes de un edificio ubicado en la avenida Farallón, Acapulco, exigen que el propietario Antonio Pineda se haga responsable por los daños ocasionados por el colapso de una alberca, que se desplomó sobre su inmueble el pasado 25 de septiembre, durante el impacto del huracán John. El hecho, que fue captado en video y se viralizó en redes sociales, dejó a varias familias afectadas, quienes desde entonces han buscado que se reparen los destrozos.

El colapso ocurrió en cuestión de segundos. Una piscina de aproximadamente 15 metros cúbicos, construida hace 10 años sobre una ladera con irregularidades, se desplomó sobre el edificio de cuatro niveles, afectando principalmente los departamentos y locales comerciales del número 138 de la avenida Farallón. La estructura de la alberca, sostenida por un muro de tabicón y sin el adecuado sistema de desagüe, no resistió el peso, provocando el desastre. A pesar de que los vecinos habían denunciado la inestabilidad de la construcción ante diversas autoridades entre 2014 y 2022, ninguna intervención se realizó a tiempo.

Martha Pelayo, una de las residentes afectadas, relató el momento del colapso: “Primero escuchamos cómo se deslavó parte del cerro, luego vimos cómo la alberca se vino encima. Nos tuvimos que salir de la casa de inmediato”. Los daños fueron severos, especialmente en los pisos dos y tres del edificio, donde gran parte de la piscina quedó incrustada. Además, una camioneta estacionada fue destruida por completo. Pelayo también señaló que, aunque un experto en estructuras determinó que el edificio sigue en buen estado, es urgente retirar los escombros y el peso extra en la parte trasera para evitar problemas a largo plazo.

El impacto del colapso también afectó a otras tres propiedades cercanas, pero el edificio de la familia Pelayo fue el más dañado. Los residentes han exigido que Pineda, propietario del inmueble ubicado en la parte superior, en la calle Caracol número 141, pague por los daños y se encargue de la limpieza de los escombros. Hasta ahora, Pineda no ha dado la cara, lo que ha aumentado la frustración de los afectados.

La historia de la piscina viene de años atrás. Catalina Conejo, propietaria del edificio dañado, recordó que desde 2014 se interpuso una demanda por negligencia debido a la construcción irregular de la alberca. Conejo, junto con otros vecinos, presentó quejas ante Protección Civil, Ecología municipal y Obras Públicas, pero nunca se tomaron acciones para detener la obra. Según Conejo, Pineda siempre respondió de manera desafiante, afirmando que podía construir lo que quisiera en su terreno.

El colapso de la piscina ocurrió en medio de un huracán, pero el desastre pudo haberse evitado si las autoridades hubieran actuado ante las denuncias vecinales. Tras el huracán Otis, que devastó Acapulco en octubre, Pineda incluso aprovechó para añadir un quinto piso a su propiedad, aumentando la indignación de los vecinos.

El llamado de los residentes de la avenida Farallón es claro: exigen que Antonio Pineda asuma su responsabilidad por los daños causados, que se retire el peso peligroso que aún queda en la estructura y que las autoridades intervengan para asegurar que una tragedia así no vuelva a ocurrir.