Inseguridad en Baja California: un desafío que afecta la vida cotidiana
La inseguridad en Baja California ha alcanzado niveles alarmantes, afectando de manera significativa la vida cotidiana de sus habitantes. Según la más reciente Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE), uno de cada tres bajacalifornianos evita caminar solo por las noches debido al miedo constante de ser víctima de algún delito. Esta cifra refleja el profundo malestar que aqueja a los residentes de esta entidad, donde el 73.5% de la población se siente insegura en su propia ciudad.
El estudio, realizado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), señala que el 36.7% de los habitantes ha modificado su comportamiento por el temor a la delincuencia. Entre las principales medidas adoptadas está evitar salir de casa sin compañía y, en muchos casos, restringir la salida de los niños para realizar actividades al aire libre, lo que limita su desarrollo y bienestar. Este sentimiento de vulnerabilidad también se extiende a espacios considerados esenciales, como los cajeros automáticos en la vía pública, el transporte público y los bancos, que son percibidos como puntos de alto riesgo.
A pesar de estos temores, la llamada “cifra negra” de delitos en Baja California es extremadamente alta. El 92% de los delitos cometidos en la entidad no se denuncian. Este alarmante dato refleja la desconfianza generalizada de la población hacia las autoridades encargadas de impartir justicia. Nueve de cada diez víctimas de algún ilícito eligen no acudir al Ministerio Público, principalmente por considerar que el proceso es una pérdida de tiempo y que, en muchos casos, no habrá consecuencias para los delincuentes.
Este escepticismo no es infundado. De los delitos que son investigados por la Fiscalía General del Estado, solo el 10% obtiene resultados favorables para la víctima. Peor aún, en el 50% de los casos no hay ninguna consecuencia para los responsables, lo que genera una sensación de impunidad que, a su vez, alimenta la desconfianza en el sistema de justicia.
La percepción de corrupción también es un problema serio. Los policías de tránsito y los jueces han sido señalados como los actores más corruptos dentro del sistema de justicia, lo que contribuye a la falta de confianza en las instituciones locales. No obstante, la Marina y el Ejército se mantienen como las instituciones más confiables para la ciudadanía, contrastando con la creciente desconfianza hacia la Guardia Nacional, que, a pesar de haber sido concebida como una fuerza para garantizar la seguridad, no ha logrado generar el mismo nivel de confianza que las fuerzas armadas tradicionales.
A medida que Baja California sigue enfrentando estos desafíos de seguridad, es evidente que se requiere un esfuerzo integral por parte del gobierno y las instituciones para restaurar la confianza pública y garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Las cifras presentadas por el INEGI subrayan la urgencia de reformar el sistema de justicia y mejorar las condiciones de seguridad en la entidad, especialmente en un estado gobernado por Morena, que se enfrenta a una creciente presión para ofrecer soluciones efectivas ante la delincuencia.